Nadie en la Unión Europea quiere un brexit caótico este 12 de abril, la fecha límite fijada por los Veintisiete hace tres semanas. Ni en Londres, tal y como quedó demostrado este lunes con la aprobación de una nueva moción -por 390 votos a favor y 81 en contra- que obliga a la primera ministra británica a solicitar un aplazamiento, ni tampoco en Bruselas. Para evitarlo Theresa May tendrá que presentar hoy un «plan creíble» ante la cumbre de emergencia convocada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

May ha pedido una prórroga corta, hasta el 30 de junio, para tratar de consensuar una solución con el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, en un diálogo que todavía no ha dado frutos pero que la mayoría de las capitales europeas ven como un elemento «esperanzador» .

En su carta de invitación, Tusk ha advertido que la experiencia demuestra que no hay muchos motivos para pensar que la Cámara de los comunes logrará ratificar el acuerdo de divorcio para finales de junio. Al contrario, «conceder una extensión así aumentaría el riesgo a una serie de aplazamientos cortos y cumbres de emergencia», creando nuevas fechas límite que eclipsarían la actividad política en los próximos meses y podrían situar a la UE de nuevo al borde de un brexit caótico en unos meses. De ahí, que la mejor opción a su juicio sea una extensión larga y flexible, que no supere los 12 meses y que podría concluir encuanto quede ratificado el acuerdo de salida. Pero no será un cheque en blanco, ya que Tusk adelanta «algunas condiciones» que se le exigirán a May: no habrá reapertura del acuerdo de divorcio, no se retomarán las negociaciones sobre las relaciones futuras, excepto sobre la declaración política, y el Reino Unido tendrá que mantener una «cooperación sincera durante este crucial período».

El borrador de conclusiones de la cumbre establece además que si el Reino Unido no cumple su promesa de celebar elecciones europeas, la salida será el próximo 1 de junio.

La decisión final sobre este nuevo plazo extra estará hoy en manos de los Veintisiete. May viajó ayer a Berlín y París en apoyo de los dos pesos pesados de la Unión Europea, la cancillera alemana Angela Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron. La cancillera se mostró abierta a una prórroga hasta «principios del 2020», según manifestó en una reunión de su partido.

SIN VOZ EN EL PRESUPUESTO

Francia, por su parte, tampoco no se cierra siempre y cuando Theresa May ofrezca garantías «sólidas» de que no se pondrá en peligro el funcionamiento de las instituciones europeas, según señalaron fuentes del Elíseo. Esto significa que, si el Reino Unido sigue en el club comunitario hasta que May logre arrancar al Parlamento británico un acuerdo para salir de manera ordenada, el país no podrá participar en las decisiones con consecuencias en el largo plazo, como la elección del presidente de la Comisión Europea o la aprobación del presupuesto comunitario para los próximos siete años.

Las mismas fuentes han dejado claro que los Veintisiete están unidos tanto «sobre el fondo como sobre el método» de negociación con Londres y que durante el tiempo adicional concedido a May no se pactará la relación futura con la Unión Europea.

«Eso solo será posible cuando el Reino Unido esté fuera». Mientras, el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, ha recordado que una prórroga deberá responder a un objetivo concreto. «Una prórroga tiene que ser útil, para dar más tiempo si es necesario a coronar con éxito el proceso político» y «debe ser proporcional al objetivo que se pretende», avisó tras la reunión preparatoria de ministros de asuntos europeos.