La crisis de Ucrania va camino de convertir la cumbre entre Rusia y la Unión Europea (UE) que tendrá lugar hoy en La Haya en un campo minado por las acusaciones y la desconfianza. En vísperas de la llegada a Holanda del presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió de que las relaciones entre Kiev y la UE sufrirán "consecuencias" si no se hace una revisión "seria y objetiva" del proceso electoral.

"Es nuestro deber decir alto y claro que no estamos satisfechos con la manera como se han desarrollado las elecciones en Ucrania", manifestó Barroso, quien agregó que el tema estará en el centro de las discusiones en La Haya. El consejero de Putin, Serguei Iastrjembski, respondió desde Moscú que el líder ruso "está dispuesto a discutir" sobre Ucrania, aun cuando, agregó, "sería más justo" que Bruselas se dirigiera directamente a Kiev.

La presidencia holandesa de la UE dejó claro su compromiso al enviar a un emisario a Ucrania.

MAS PRESION La Alianza Atlántica también se sumó ayer desde Bruselas a la presión de la comunidad internacional. El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, declaró que "es absolutamente necesaria una revisión de estas elecciones", y pidió una solución pacífica a la crisis.