El ultraderechista Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen consolida su posición en la escena política francesa y especialmente en los consejos regionales, en cuya práctica totalidad estará representado. Le Pen acusó al Gobierno de haber intentado "eliminar al FN" con un nuevo sistema de escrutinio que al final, según precisó, "ha tenido un efecto bumerán".

El FN se mantiene y gana peso principalmente en el sureste de Francia, la región de Lyón y en Alsacia y logra un gran progreso en el Nord-Pas-de-Calais. Sin embargo, la media nacional de sufragios del FN, 13,2%, fue inferior a la registrada en la primera vuelta. La hija del dirigente del FN, Marine Le Pen, por su parte, consiguió apenas el 10% en Ile de France.