En medio de otra jornada luctuosa en Venezuela, marcada por marchas y enfrentamientos, la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) acordó anoche en Santiago crear una comisión integrada por sus ministros de Relaciones Exteriores para que "en su nombre acompañe, apoye y asesore un diálogo político, amplio y constructivo" en Venezuela. Los ministros deben llegar a Caracas durante la primera semana de abril e informar sus conclusiones al Consejo de Ministros y la presidencia de la Unasur "en la brevedad posible". La comisión se ha conformado "a solicitud del Gobierno de Venezuela" y, de esta manera, aleja a la región de la posibilidad de acompañar a EEUU en la imposición de sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

Previamente, en Washington, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijo que su país se reservaba la opción de imponer sanciones a Venezuela o invocar la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos (OEA). "Estamos preparados, si es necesario, e implicarnos de varias formas, con sanciones o de otra forma, pero la economía allí ya es bastante frágil", señaló Kerry en una audiencia en el Comité de Gastos de la Cámara de Representantes.

La cita de la Unasur en Santiago, aprovechando la toma de posesión de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha sido de "carácter extraordinario" y en ella no se ha pasado por alto cuál es el horizonte de la política de Washington. Tras cuatro horas de deliberaciones, los dirigentes de los países de la Unasur han alcanzado un punto de acuerdo. Para ello han analizado las protestas a favor y en contra del Gobierno de Maduro, que han provocado 24 muertos desde el inicio de las protestas, hace un mes.

En defensa de la soberanía de Venezuela

El escueto documento final da cuenta de la urgencia con la cual se ha fijado una posición. La comisión respalda de antemano "los esfuerzos del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para propiciar un dialogo entre el Gobierno, todas las fuerzas políticas y actores sociales con el fin de lograr un acuerdo que contribuya al entendimiento y la paz social".

Como si estuviera respondiéndole a Kerry, la Unasur ha expresado su "preocupación ante cualquier amenaza a la independencia y soberanía de la República Bolivariana de Venezuela".

El canciller anfitrión, Heraldo Muñoz, inicia de esta manera su gestión con un tema caliente. "Siempre vamos a estar a favor de los derechos humanos, de la protección y la promoción de los derechos humanos, pero al mismo tiempo no podemos aceptar movilizaciones violentas que buscan derrocar a un Gobierno legítimamente constituido", ha destacado Muñoz.

Unidad pese a la diversidad de opiniones

Por su parte, el canciller argentino, Héctor Timerman, ha destacado que la resolución de la Unasur "es una clara ratificación de los valores democráticos a partir del diálogo y el respeto a la institucionalidad". Timerman ha recordado que el documento del bloque es fruto de discusiones en las que no hay un solo criterio para analizar la crisis venezolana pero que, ante todo, ha primado "la unidad en la diversidad". Según el ministro argentino, "la Unasur fue clara en condenar la violencia y en defender los valores democráticos en cualquiera de las naciones que integran el bloque".

El canciller de Venezuela, Elías Jaua, ha expresado su conformidad por la resolución. "Nos sentimos plenamente satisfechos. Nos sentimos acompañados en la batalla que está dando el pueblo venezolano por la democracia, por la paz", ha añadido. Días atrás, Venezuela se opuso a que una comisión de la OEA realice las mismas tareas aceptadas a la Unasur. Rompió relaciones con Panamá por sugerir la mediación de la OEA.