La Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) advirtió hoy de que la situación que atraviesa Gaza comienza a "ser insostenible" y camina hacia una nueva tragedia humanitaria. En declaraciones a Efe, Antonio Menéndez de Zubillaga, coordinador de Protección de Derechos en la Franja de la UNRWA, advirtió que si el conflicto se prolonga, la ONU verá desbordada su capacidad de prestar ayuda a las decenas de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar. "En este momento hay 20.000 personas registradas en los albergues que tiene habilitados la UNRWA. Pero son muchas más, ya que por la noche los refugios se abren para acoger a la gente que huye de los bombardeos", explicó. "Algunos después salen por el día para ir a casa de un familiar o incluso vuelven a sus casas para pasar el día. Ahora mismo estamos al límite", explicó.

Menéndez de Zubillaga explica que la ONU tenía un plan inicial de contingencia para unos 50.000 desplazados, pero que si el conflicto se prolonga, las reservas logísticas de alimentos y productos de seguridad no van a ser suficientes. "Por eso estamos trabajando para facilitar los mecanismos de compra y abastecimiento", afirmó el coordinador, quien subrayó que otra de las dificultades es que los almacenes de la agencia se hallan en zonas del este, cercanas a la frontera con Israel, que el Ejército ha advertido que atacará. La UNRWA tiene en la actualidad abiertas 18 escuelas-albergue en Gaza ciudad y seis más en el norte, y trabaja para acondicionar muchas más. En ellas, la población recibe un techo más o menos seguro, comida, un kit de aseo, pañales, leche infantil y otros productos de primera necesidad.

Ayer, Israel pidió a todos los habitantes del norte y el este de Gaza que abandonaran sus hogares, unas 200.000 personas según cálculos locales, y les advirtió de que de no hacerlo sus vidas corrían peligro. Además, desde que el pasado 8 de julio comenzara la ofensiva israelí sobre Gaza, la aviación y la marina de guerra han lanzado más de 1.800 ataques, en los que han destruido más de 250 edificios y viviendas civiles. Esta estrategia, que Israel defiende como legítima en contra de la opinión internacional, es la principal diferencia estratégica respecto a las dos operaciones previas y el factor que ha multiplicado el terror de la población.

Además del alto número de muertes, que superan ampliamente los dos centenas -la mayoría civiles-, y de heridos, sobre los 1.500. Menéndez de Zubillaga va más allá y advierte que este es un conflicto permanente cuya única solución tiene que venir a través de una acuerdo político que solvente el grave problema de los refugiados palestinos. "Este es un conflicto continuo que tiene picos de violencia, de mucha violencia. Este es un pico de violencia. ¿Pero que hay después? Cuando este momento se acabe qué tienen que hacer. No hay trabajo, no hay futuro, no hay esperanza, no pueden salir de la Franja", explica. "¿Que les queda? ¿Cuál es el futuro? ¿Volver al bloqueo anterior? La situación es una situación de tragedia permanente", subraya.

Menéndez de Zubillaga advierte, asimismo, que el desafío mayor al que ahora se encuentran ea dar una esperanza pero también un refugio y una solución transitoria a las miles de personas que cuando el bramar de las bombas y los cohetes se acalle quedaran desplazadas temporalmente. "Van a quedar desplazadas durante mucho tiempo porque se necesitará al menos un año para reconstruir las casas destruidas", advierte. "No se puede reconstruir para que dentro de dos años haya de nuevo un conflicto y tengamos que volver a empezar. Se necesita una solución política", concluye.