El primer ministro francés, Manuel Valls, tiene previsto nombrar y hacer público está mañana un nuevo Gobierno, después de la dimisión ayer lunes del anterior ejecutivo, en que varios de sus ministros habían expresado abiertamente sus críticas a las políticas de austeridad. Todo indica que los elegidos formarán un bloque compacto y leal a la estrategia económica del presidente francés, François Hollande, basada en una política de austeridad y ajuste económico.

Quién seguro que no estará en el nuevo gabinete será el hasta ayer ministro de Economía, Arnaud Montebourg, cuyas declaraciones a Le Monde el pasado fin de semana en que criticaba abiertamente la sumisión del Gobierno francés a la austeridad dictada por Alemania hicieron explotar ayer al Ejecutivo. Tampoco seguirán los ministros de Educación, Benoît Hamon, y de Cultura, Aurélie Filippeti.

Crisis de régimen

En cualquier caso, para buena parte de los medios franceses, este nuevo Gobierno no es más que un parche desesperado y apuntan a "una crisis de régimen". Así, el conservador Le Figaro señala que "con el trasfondo de un desatre económico, como no ver en este Gobierno que se ha vuelto loco y en este partido socialista fragmentado, todos los ingredientes de una crisis de régimen de consecuencias incalculables".Incluso el diario Libération, de ideología de izquierdas, titulaba "Crisis de régimen".