La ausencia de mención a Dios o a las raíces cristianas en la Constitución sigue desatando apasionadas críticas. El Vaticano lamentó ayer "la oposición de algunos países a reconocer explícitamente las raíces cristianas de Europa". El texto aprobado preserva el carácter laico de la UE, aunque reconoce en su preámbulo "las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa".

Las iglesias católica y protestante alemana también criticaron la ausencia a una referencia a Dios y a la herencia judeocristiana de Europa. Por el contrario, Turquía, que aspira a integrarse en la UE, aplaudió el hecho de que no se mencionaran esas raíces cristianas.

La oposición conservadora en Gran Bretaña y Polonia arremetió asimismo contra la Constitución pactada en la cumbre de Bruselas por debilitar el poder nacional de sus países. "Europa tendrá ahora mucho más control", denunciaron los dirigentes conservadores británicos, mientras The Sun tildaba en la portada al primer ministro, Tony Blair, de "traidor".

En Polonia, el partido vencedor de las elecciones europeas, la Plataforma Cívica, pidió un referendo sobre la Constitución ante las claudicaciones del Gobierno. "Es una desgracia y una traición", denunció la ultraconservadora Liga de las Familias Católicas. El conservador Ley y Justicia criticó la pérdida de poder de Polonia.