Un pequeño avión se estrelló el sábado en los Alpes suizos, matando a las 20 personas que se encontraban a bordo. Los pasajeros, tres austriacos y 17 suizos, viajaban en el trimotor JU-52, construido a fines de la década del 1930 como un avión militar y más tarde utilizado para operar vuelos panorámicos, cuando poco antes de las 5 de la tarde se produjo el accidente, en el lado oeste de la montaña Piz Segnas, en el cantón de Grissons.

El avión estaba regresando de Locarno, cerca de la frontera sur de Suiza. La policía dijo que las víctimas eran procedentes de los cantones suizos de Zurich, Thurgau, Lucerne, Schwyz, Zug y Vaud, adémas de una familia de tres miembros de Austria y tres miembros de la tripulación de Thurgau y Zurich. "Ayer fue el peor día en la historia de 36 años de JU-Air", dijo el presidente ejecutivo de la aerolínea, Kurt Waldmeier, en una conferencia de prensa en la cercana Flims, el domingo. "Todos hemos sufrido una pérdida muy grande", añadió.

FALTA DE LA CAJA NEGRA

La policía afirmó que no tenía conocimiento de ninguna llamada de socorro y que aún no había determinado la causa del accidente, ocurrido horas después de que una familia de cuatro personas muriera cuando su pequeño avión cayó al oeste de los Alpes. La investigación se complica por la falta de una grabadora de vuelo, conocida como caja negra del avión.

"Se puede asegurar que el avión aterrizó casi verticalmente a gran velocidad", dijo Daniel Knecht, que dirige la división de aviación de la Junta de Investigación de Seguridad en el Transporte de Suiza. Fundada en 1982, JU-Air ofrece vuelos de observación, vuelos chárter y de aventuras con sus tres aviones Junkers Ju-52 de mediados de siglo, retirados por la Fuerza Aérea Suiza y conocidos afectuosamente en alemán como aviones Auntie Ju.

PRIMER ACCIDENTE MORTAL

Era la primera vez que la aerolínea sufría un accidente que causó la muerte o heridas a pasajeros o miembros de la tripulación, dijo Waldmeier. La aerolínea suspendió los vuelos hasta nuevo aviso. El avión que se estrelló tuvo su último control de mantenimiento a fines de julio, sostuvo Waldmeier, en cuyo momento no se encontraron defectos.

Los restos del avión estaban en una cuenca a 2,450 metros sobre el nivel del mar, rodeados por tres lados por picos. El espacio aéreo sobre el sitio del accidente fue cerrado por la Oficina Federal de Aviación Civil y se bloqueó el acceso a las populares rutas de excursiones en los alrededores.