El asesinato del columnista saudí Jamal Khashoggi es uno de los casos más ilustrativos de un año en el que más de la mitad de los periodistas asesinados en todo el mundo fueron objeto de un ataque deliberado, reflejando el odio hacia los medios que hay en muchas áreas de la sociedad, según denuncia Reporteros sin Fronteras (RSF).

Al menos 63 profesionales del periodismo de todo el mundo han sido asesinados mientras realizaban sus trabajos en lo que va de año, lo que representa un aumento del 15% respecto a los datos del año pasado, según la oenegé. El número de víctimas mortales aumenta a 80 cuando se incluye a todos los trabajadores de los medios de comunicación y a los periodistas ciudadanos, no profesionales.

"El odio a los periodistas que transmiten (...) políticos, líderes religiosos y empresarios sin escrúpulos tiene consecuencias trágicas sobre el terreno, y se refleja en este aumento inquietante de violencia contra periodistas", ha dicho el secretario general de RSF, Christophe Deloire, en un comunicado.

PROFESIONALES CAUTIVOS

Khashoggi, un columnista crítico con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salmán, y comenzó a escribir para el Washington Post tras mudarse a Estados Unidos el año pasado, fue asesinado en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul el pasado octubre. La muerte de Khashoggi provocó una gran indignación internacional, por más que los funcionarios saudís han rechazado las acusaciones de que el príncipe heredero ordenó su muerte.

El organismo con sede en París ha dicho que los tres países más peligrosos para que los periodistas desempeñen su trabajo son Afganistán, Siria y México. El tiroteo de cinco empleados del periódico Capital Gazette ha llevado a Estados Unidos a los primeros puestos de los países más peligrosos.

La organización sostiene que 348 periodistas están detenidos en todo el mundo, en comparación con los 326 que había a estas alturas del año en el 2017. China, Turquía, Irán, Arabia Saudí y Egipto tienen más de la mitad de los periodistas encarcelados en el mundo.