Tras mas de 400 años, el estado estadounidense de Virginia ha aprobado el 24 de marzo la abolición de la pena máxima convirtiéndose así en el primer estado sureño del país en hacerlo. Además, Virginia se ha convertido también en el 23º estado de los 50 que conforman el país en poner fin a este castigo. "El fin de la pena capital en Virginia será un toque de atención a nuestro país y al mundo: la pena de muerte no tiene cabida en nuestra sociedad", explicaba en redes su gobernador, el demócrata Ralph Northam.

El pasado 22 de febrero, la Cámara de Representantes del estado aprobaba la ley por la que se abolía la pena de muerte, a la espera de la firma del gobernador. En ella se especificaba que ninguna persona podría ser castigada con la pena capital o ejecutada desde el momento en que la norma entrase en vigor. Es por ello que, con su aprobación, se han suspendido todas las ejecuciones que estaban pendientes. "A lo largo de la larga historia de Virginia, esta mancomunidad ha ejecutado a más personas que ningún otro estado", aseguraba la presidenta de la Cámara, Eileen Filler-Corn.

El estado no había dictado ninguna pena de muerte desde el año 2011 y la última ejecución se produjo en 2017. Actualmente, tan solo dos presos permanecían en el corredor de la muerte. "Virginia ha estado muy cerca de ejecutar a un inocente y ya es hora de detener esta maquinaria de la muerte", insistía la demócrata Filler-Corn.

"Trato inhumano"

Desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han aplaudido este el paso que ha dado Virginia, pero ha recordado que Estados Unidos "es el único país occidental que actualmente ejecuta a personas condenadas a muerte". Los principales temores que señala la CIDH son el riesgo de ejecutar a personas inocentes, la arbitrariedad con la que se condena a las personas a la pena de muerte, y el hecho de que estar en el corredor de la muerte constituye un "trato inhumano". También ha celebrado esta ley la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos aunque coincidía con CIDH en la necesidad de que la abolición se produzca en todo el país. "Instamos a todos los demás estados y al Gobierno federal a que hagan lo mismo", se ha recalcado desde la Conferencia.

Desde las protestas por la muerte de George Floyd a manos de la policía en 2020, los demócratas de Virginia han intentado una serie de cambios en su Código Penal. Durante su intervención antes de la firma, el gobernador ha asegurado que la pena de muerte ha estado marcada por "disparidades raciales" ya que a lo largo del siglo XX, 296 de los 377 reclusos que Virginia ejecutó eran negros, lo que supone el 79%. "Firmar esta ley es lo más moral", insistió Northam.