El Ejército estadounidense prevé que tendrá dificultades de reclutamiento en el 2005, debido a la guerra de Irak, y por ello estudia varias alternativas para afrontar el problema: ofrecer primas a los futuros soldados o aumentar el número de agentes encargados del reclutamiento. No parece que la presencia estadounidense en Irak vaya a acabar a corto plazo, y eso desanima a muchos jóvenes que cada año se apuntan al Ejército para financiarse los estudios universitarios o un seguro médico.