Mark Zuckerberg ha comparecido ante el Congreso de Estados Unidos para defenderse de los escándalos que rodean a su compañía por el uso indebido de los datos de 87 millones de sus usuarios y el uso de su plataforma para interferir en distintos comicios electorales.

Vestido con traje negro y corbata azul, muy alejado de la indumentaria habitual de vaqueros y camiseta, Zuckerberg ha asumido personalmente la responsabilidad por los errores cometidos y se ha comprometido a adoptar medidas para que no se repitan. “No tuvimos un concepto lo suficientemente amplio de nuestra responsabilidad, y eso fue un gran error. El error fue mío y lo siento”, ha declarado ante una sesión conjunta de los comités Judicial y Comercial del Senado. Su comparecencia marca el final del idilio que la compañía ha mantenido con los reguladores en Washington. El Congreso quiere respuestas y las quiere ya.

20 centavos por dólar

El creador de la red social, convertida en el mayor anunciante y distribuidor de contenidos de la historia, una compañía que recaudó el año pasado 20 centavos por cada dólar gastado en publicidad online, se ha mostrado conciliador y con propósito de enmienda. “No basta con conectar a la gente, tenemos que asegurarnos de que esas conexiones son positivas”, ha dicho.

Los senadores, que siguen a estas horas bombardeándole a preguntas, le han expresado la preocupación por la gestión que Facebook hace de los datos privados de sus 2.000 millones de usuarios y el terreno fecundo en el que se ha convertido para la propagación de noticias falsas, discurso de odio y propaganda encubierta. “Si Facebook y el resto de la industria no puede o no quiere arreglar esta invasión de la privacidad, el Congreso tendrá que hacerlo”, le ha dicho el senador Chuck Grassley, sugiriendo que las cámaras están dispuestas a regular a la industria si no toma medidas enérgicas.