Acaba de ser elegido responsable del área de jóvenes del sindicato agrario UAGA. Nacido en Sádaba, este joven de 30 años se licenció en Empresariales pero le pudo su pasión por la agricultura.

-Su nombramiento como nuevo responsable de los jóvenes de UAGA llega en un momento de gran tensión en el sector agrario. ¿Hay que intensificar las protestas?

-Yo creo que sí, porque además estamos ante un momento clave porque afrontamos la reforma de la PAC y hay sectores como la fruta, los cunicultores o los horticultores que están sufriendo una crisis sin precedentes. Es el momento de apretar, pero también de hacer ver a la sociedad que este es un problema de todos. Los agricultores y ganaderos garantizamos la soberanía alimentaria en España y en Europa. Sin esta soberanía, cualquier sociedad es muy débil.

-¿Cuál es la primera medida que habría que aplicar para paliar la crisis de precios?

-La pasada semana se aprobó la nueva ley de la cadena alimentaria. Desde nuestro punto de vista es insuficiente, pero al menos se da un primer paso prohibiendo la venta a pérdidas en los supermercados. Lo malo que es que no habla de establecer precios mínimos que cubran los costes de producción. Ahí es donde creemos que se queda coja.

-¿Qué responsabilidad tiene la gran distribución en todo esto?

-Mucha porque al final son los que marcan los precios. Al estar todo en tan pocas manos tienen mucho poder y al final se altera la libre competencia. En el fondo es sencillo de entender: la agricultura europea es la más restrictiva en cuanto a producción porque nos exigen unas condiciones medioambientales y de seguridad alimentaria muy superiores al resto. Nosotros no queremos que nos flexibilicen esto, sino que se establezcan precios mínimos para que no pueda venir una hortaliza de un país que, por ejemplo, ha podido utilizar insumos químicos que aquí están prohibidos. Si la producción está controlada, el mercado también debería estarlo.

-En la FIMA pudo hablar con el ministro. ¿Qué le dijo?

-Bueno, le entregamos nuestras propuestas, que para aplicarlas solo hace falta voluntad política. Él recogió el guante y nos dijo que están trabajando para eliminar los derechos históricos.

-¿Qué hay que hacer para favorecer el acceso de los jóvenes al sector?

-El acceso a la tierra es uno de los principales escollos. Algo contradictorio porque la mayoría de las explotaciones no tienen relevo generacional y acaba despareciendo. Hay mecanismos públicos que se deberían aplicar para que esa tierra pase a gestionarse por otro profesional. Todo está muy ligado a las desigualdades que se dan en la PAC con los derechos históricos. No tiene sentido que la gente que no está en la actividad desde hace 20 años siga cobrando ayudas y los que se incorporan no tengan acceso.

-Es agricultor de ecológico. ¿Cómo está el sector?

-Poco a poco, pero está creciendo. Creemos que es una buena solución para muchas explotaciones que pueden mejorar su rentabilidad. Nosotros vendemos desde hace un año y medio en el mercado agroecológico de Zaragoza y cada vez viene más gente.