Actriz consolidada, rostro del ‘Un, dos, tres’... Su papel como madre la alejó de la escena, cuando a su hijo le diagnosticaron un ‘tourette’. Cuenta su experiencia mañana, en la Biblioteca Cubit de Zaragoza, con su libro.

-Si hubiera tenido que adivinar por qué venía a Zaragoza, habría pensado en cine o en teatro... ¡Está aquí por un libro!

-La gente se sorprende, sobre todo, porque el libro no tiene que ver con mi profesión. Un paseo por la infancia y la adolescencia narra mi experiencia desde que me dicen que voy a ser madre hasta que mi hijo cumple 18 años, que es cuando acabo de escribirlo. Y nuestra experiencia con el síndrome de Tourette, que le diagnosticaron con 7 u 8 años.

-¿Cómo empezó?

-Con esa edad, empecé a ver cosas extrañas: parpadeos, hiperactividad (que no se da en todos los casos)... Entonces, después de indagar, me dieron el diagnóstico: síndrome de Tourette. Hay mucho desconocimiento sobre él. La gente se queda con los tics motores y con la llamada coprolalia, que les lleva a utilizar palabras malsonantes. Pero hay más. La gente piensa que son niños desafiantes y hasta insoportables, cuando lo que tienen es un problema neurológico que hay que tratar. Y eso que mi hijo tenía el síndrome en un nivel leve. Pero, en algunos casos, es muy incapacitante. Y hay mucha incomprensión.

--Eso cambió su vida... Y, de hecho, le alejó de su carrera como actriz.

-Cierto. Pero no fue una decisión consciente, sino algo sobre lo que he reflexionado escribiendo el libro. La vida te tiene que poner en una situación para ver hasta dónde eres capaz de llegar. Además, yo viví esta experiencia sola, porque me separé cuando mi hijo era pequeño y su padre vive fuera. Entonces, me dediqué a resolver. Ahora, estoy muy orgullosa del hijo que tengo. Es genial.

-Su hijo ahora lleva una vida normal. ¿Por qué cree importante visibilizarlo?

-Tenía que hacerlo. Es necesario. Por eso también me puse en contacto con Aragón Tourette, para que la asociación esté conmigo en la presentación del libro, para que las familias sepan qué recursos existen. El síndrome es tan desconocido que hay gente que lo tiene en niveles leves y ni sabe que lo padece.

-Insiste en que el suyo no es un libro de autoayuda.

-No. Es un libro que puede ayudar a cualquiera. Es preguntarse «¿para qué he querido ser madre?» o «¿has tenido el hijo qe deseabas?» La niñez es cortísima. Lo que yo quiero es que los padres tomen la conciencia. No se trata solo de traer a un niño al mundo, sino de ayudar al desarrollo de un ser humano.

-Ha trabajado con Cuerda, con Uribe... Pero sabe que aún muchos la recordamos por el ‘Un, dos, tres’...

-(risas) Pero vamos... ¡Que todavía hay un club de fans del Un, dos, tres! Hicieron una quedada en Madrid y me llamaron. Yo hice ese cásting para Chicho Ibáñez Serrador con 17 años. ¡Imagínate!

-Ahora, ¿qué proyectos tiene?

-Me he formado como coach. Imparto Talleres Bienestar para entidades como Fundación Filia, que trabaja con familias y menores en procesos de divorcio. Como actriz, veo personajes que me gustan. Pero en lo nuestro, la edad, si eres mujer, pesa. Así que, aquí estoy... A mis cincuenta y muchos y reinventándome. Es la única manera de no hacerse mayor.