Actriz zaragozana, creadora y directora de la webserie Reunión, grabada durante el confinamiento, que ha supuesto la unión de dos jóvenes productoras aragonesas, Producciones campechanas y Producciones El Postre. Junto a Cózar protagonizan la serie otros jóvenes actores como Rubén Remacha, Cristian Dragan e Iván Miguel y las actrices Esther Albalá, Claudia Sancho, Present Vicén y Marta Valdearcos.

—¿Cómo surgió esta ‘Reunión’?

—Realmente surgió de otra reunión. Los actores que participamos hemos coincidido en otros proyectos y en pleno confinamiento nos reuníamos algunas veces para charlar y animarnos. Y a partir de las propias reuniones y ver cómo estábamos anímicamente, porque de repente se nos había parado toda actividad laboral, se me ocurrió la idea de ver cómo se puede hacer algo desde la distancia y que por lo menos pudiéramos seguir haciendo algo de lo nuestro y reivindicando que seguimos existiendo.

—¿Cómo lo han llevado? A la soledad se ha sumado el parón de la actividad cultural y por tanto, laboral.

—En el sector cultural ha sido demoledor, igual que en otros tantos, porque ha supuesto un cese absoluto, incluso ya no solo en lo económico, que también, sino en el hecho de ensayos, encuentros... es una actividad muy social y de repente te ves en la soledad de tu casa. Y eso nos pasaba también grabando la serie en la que podías oír a tus compañeros pero no tenías el feedback y ha sido una situación dura en varios niveles.

—¿Qué tal ha ido de visitas en Youtube?

—Ha ido bien. La verdad es que los primeros capítulos han tenido más tirón que los últimos y también es verdad que quizá la gente pueda estar harta del confinamiento, es verdad que ahora ponerte a ver algo de confinamiento... pero no solo va de eso. Es cierto que quién la empezó a ver han sido muy fieles; pero realmente es un thriller y el que empezaba seguía viéndola.

—Nació para paliar la soledad, pero en la webserie se ve que pese a esas reuniones, cada uno sigue solo.

—Efectivamente. El origen fue más real, pero me apetecía hablar de esa idea a la desesperada que era estar todo el día con videoconferencias y hablar con gente incluso que hacía un montón que no hablábamos. Y a la vez preguntarme si todo lo que es virtual, internet y las videollamadas tiene que ser la nueva realidad. ¿Es así como nos vamos a comunicar? ¿Qué problemas lleva esta forma de comunicarnos? ¿Es segura? Por eso, decía que aunque habla del confinamiento porque están confinados pero lo que quiere contar va más allá.

—Los actores, ¿los ha seleccionado?

—El proceso de escritura fue abierto. El proyecto lo lancé a un grupo de compañeros, y a los que se animaron les conté la trama y un poco los giros que iba a tener. Luego los actores decidieron el carácter y la posición frente a la situación de su personaje. A partir del material que me dieron, yo iba conformando más las escenas.

—¿Hubo un guion cerrado o se fue creando día a día?

—-La trama y la premisa inicial fue antes, no se improvisó, pero por la propia causística y la rapidez… porque si teníamos que hacerlo rápido porque no íbamos a sacarlo en agosto o octubre. Así que se segmentó en escenas, yo escribía y les pasaba el borrador, alguno bastante cerrado y en otros ellos podían jugar según su personaje pero siempre a favor del guión.

—Se habla de soledad, hay muchas subtramas y nacen los conflictos, como en la vida real.

—Eso ya estaba ideado desde el principio, que se combinaran las dos ideas, el tema, que para mí era central, era hablar de internet y la nueva realidad, y por otro la situación del confinamiento porque yo iba pensando en esos dos niveles, uno más cotidiano, que se ve más al principio, como las clases de fítness o el que está en un ERTE y le da igual echarse a dormir a las 12 que a las 8 de la mañana.

—Todos nos podemos sentir identificados con todos o con alguno de los personajes y hemos pasado fases de mucha videoconferencias hasta llegar a cansarnos.

—Esa era la premisa, vamos a contar un thriller, gente que va desapareciendo de repente de las pantallas y eso se podía haber hecho en confinamiento o no. Ahí cada actor decidió. Uno estaba obsesionado con la limpieza y la desinfección, yo con las redes sociales...

—¿Qué futuro tiene la serie?

—Es verdad que como trabajo de confinamiento ha tenido ya su fin pero puedo adelantarte que estamos preparando una pequeña cosita postconfinamiento, por darle el broche que por cuestiones técnicas no se pudo dar. Este es un trabajo de dos productoras, Productoras Campechanas y Producciones El Postre, que son dos productoras jóvenes de Aragón y más que una idea de continuar con ese proyecto en concreto, era el hecho de decir que la gente que está trabajando el resto del año en lo audiovisual, podemos hacerlo también confinados a nuestra manera, era el darnos visibilidad como creadores, como productoras, como actores, porque es una situación de stand by.

—¿Está el sector volviendo a esa nueva normalidad?

—En el sector cultural todavía falta mucho porque conforme pasan las fases se va ampliando y abriendo. Y aunque hay compañeros que van teniendo algún bolo de calle, lo que es teatro de sala sigue muy paralizado porque hay mucha incertidumbre por lo que son limitaciones de aforo, porque según las limitaciones igual no es rentable.

-Esta es su segunda webserie. ¿Internet es el futuro, pese a lo que le preocupa por cuestión de seguridad y demás?

—Sí es paradógico. Con Producciones campechanas que es la que estoy, en realidad ha salido la segunda en aparecer pero es el tercer proyecto, porque primero fue Café sin leche, que fue pionera en tratar el tema LGTB en Aragón, creada desde Aragón, en tratar personajes con naturalidad afectivo sexual y con un punto feminista. Y teníamos otra que se iba a estrenar en mayo en Miami porque nos habían seleccionado en un festival y pensábamos irnos al estreno y luego mostrarla y estrenarla, La revolución de Odile, pero se nos paralizó por el coronavirus y no sé hasta que punto Reunión surgió entonces porque tanto trabajar en ese proyecto y nos hemos quedado a las puertas del estreno.

—¿Y qué le espera a ‘La revolución de Odile’?

—La revolución continúa porque en confinamiento nos han seleccionado para otro festival, en Seúl y estamos muy contentas con lo que vamos consiguiendo, sin estreno, pero esperamos que cuando esto pase, estrenarla oficialmente.