Ha trabajado durante años en imagen y comunicación. Fue la profesora de Protocolo del último ‘OT’. Detrás hay un sistema de trabajo, que ha recopilado en un libro que presentó en El Corte Inglés de Zaragoza: ‘Mírate’.

—Viene a Zaragoza con ‘Mírate’ con un libro que va más allá de la imagen.

—Es que no es un libro para hablar de imagen. Cuando usamos este término, la gente piensa en belleza y no se trata solo de eso. Es más bien hablar de qué proyectas tú, cuál es la primera impresión... Cuando tú no eres consciente de eso, por muy guapo que te pongas, no comunicas igual.

-Además, hay días para todo. Hay días en los que uno quiere vestirse de fiesta y otros en los que busca la sobriedad.

-La belleza es armonía y subjetiva. La imagen es objetiva y tiene una metodología que se llama iconología de la imagen, que no me la he inventado, sino que viene de la historia del arte. Los historiadores estudian formas, volúmenes y colores para explicar los sentimientos que determinados cuadros producen. Esto es es exactamente lo mismo que hacemos nosotros con las personas.

-¿Cómo surge ‘Mírate’?

-De mi background. Llevo quince años dedicándome al mundo de la imagen, antes era actriz... Todo eso hace lo que soy. Porque cuando hablo de las clientas acabo hablando de la postura o de la proyección de voz. Nunca trabajé desde una única perspectiva. Porque, aunque trabajes mucho la imagen, si la persona no se lo cree, no funciona. Sin embargo, cuando consigues que una persona se quiera, se transforma todo. Por eso, Mírate habla de lo de fuera y de lo de dentro, porque todo es importante.

-Dice usted que el 55% de la imagen es físico pero que hay un 45% que no tiene nada que ver.

-Esa parte es cómo te ves, cómo lo mueves y cómo lo vives. Es la parte más complicada de trabajar, porque ahí entra la autoestima. Yo me la he trabajado mucho y lo que explico en esta parte es símplemente, lo que me ha ido muy bien. A mí me ha ido bien plantarme al espejo todas las mañanas. Me ha ido bien darle la vuelta y reírme mucho.

-De hecho, la solapa del libro es una superficie reflectante, como un espejo.

-Es que el primer paso del método es la aceptación. Debemos dejar de compararnos con los demás para mirar lo que hay. Me pasa mucho con las mujeres que han sido madres y que dicen que su físico no es el mismo. Yo les digo: «¿pero tú eres la misma persona que eras antes?». Todas responden que no y por eso les recalco: «Entonces, para qué quieres el mismo cuerpo».

-¿El método tiene una continuación?

-Con la palabra método me siento medio incómoda porque parece muy grande (risas). Pero sí, hay una segunda parte del libro, más orientado a empresas. En las empresas hace falta mucho amor.

-Aún no hemos hablado de esto, pero usted fue una de las profesoras de la Academia de ‘OT’- ¿Cómo fue la experiencia?

-Cuando entré en OT me daba un poco de miedo. Mi target siempre han sido personas de 35 para arriba, con empresas, formación... Y, sin embargo, me quedé muerta de cómo engancharon las clases. Quizás no todo el mundo sea cantante, pero todo el mundo necesita la comunicación. Fue maravilloso.