Antonio Hernández es el coordinador, junto a Jesús G. Franco, del libro ‘La antigua sinagoga de Híjar’, que da a conocer los hallazgos de las excavaciones del 2017. Se presenta el martes (19.00 horas) en la Biblioteca de Aragón.

-¿Qué tiene de único la antigua sinagoga de Híjar?

-Lo que tiene de excepcional es que se trata del único caso descubierto en Aragón. Si pensamos en los antiguos territorios de la antigua Corona de Aragón, es la más importante y la que tiene restos más llamativos y mejor conservados.

-¿Qué restos son esos que se descubren en el libro?

-Hemos podido descubrir que todo el edificio de la iglesia se construyó ya para la sinagoga, que es lo que fue en origen. También elementos desde el punto de vista arquitectónico, como son una serie de bancos o unos arcos que aparecen únicamente en una sinagoga y que permiten identificarla como tal. Y en los últimos trabajos que se han hecho, han salido a la luz unos textos pintados en hebreo y una representación de un candelabro de los siete brazos, que se llama menorá, que solamente aparecen en espacios rituales judíos.

-¿Se desconocía en la zona?

-La única referencia que había era un documento, que se publicó hacia 1950, en el que un historiador local de Híjar publicó un testamento del antiguo señor de Híjar, del siglo XVI, en el que se vinculaba la antigua sinagoga de los judíos de Híjar con la iglesia de San Antón, pero a partir de ahí, todos pensaban que la iglesia estaba donde la sinagoga pero no que se pudiera conservar tantísimo restos. La sorpresa ha sido que la iglesia aprovechó el edificio cuando Híjar se quedó sin judíos y lo transformó para el culto cristiano. También ha sido una sorpresa para Patrimonio, para el promotor, para los arqueólogos… Teniendo en cuenta el hallazgo es tan importante y como las cosas de palacio van despacio, sobre todo en Aragón, decidimos que mejor el instrumento que darlo a conocer era publicar un libro de divulgación.

-Entonces, ¿por qué esas excavaciones en el 2017?

-Había un proyecto para consolidar el edificio, porque se había hundido parte del tejado. La iglesia estaba cerrada al culto, esperando a que una administración diera dinero para consolidarlo. Antes de empezar la obra y encontrar sorpresas, primero se hizo la excavación del subsuelo y ahí se descubrieron la cubierta de la sinagoga, la yesería...

-¿Cuál es la enseñanza?

-Que tenemos que estar orgullosos de que 500 años después de que tuvieran que irse de España nuestros vecinos judíos, se conserva el edificio que usaron. También que en el patrimonio aragonés no solo hay noticias negativas de patrimonio expoliado, destruido, vendido, que está fuera de España y de los museos aragoneses, sino que trabajando bien, dando tiempo a los arqueólogos, se pueden descubrir restos y lo que hay que con el patrimonio es darle vida, difundirlo y no esperar a que pase el tiempo.

-Puede quedar algún resto en otra zona de Híjar.

-La probabilidad existe pero no hay que venirse arriba. El hallazgo es excepcional. En las casas privadas es más difícil porque se vendieron y los inquilinos las han renovado; pero seguro que en las calles se conservan restos.