Secretario General de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, ha sido el coordinador de la celebración de los ocho centenarios que se cumplían en Zaragoza durante el 2018 y que concluyó el jueves pasado.

—¿Qué balance hace de las celebraciones de los ocho centenarios en 2018 coordinadas por la Academia de San Luis?

—Muy positivo. Hemos conseguido desde la Academia aunar el esfuerzo de prácticamente la totalidad de las instituciones aragonesas de muy diversa índole y dirigirlos en un mismo sentido. Fue muy divertido el día de la firma del convenio porque la prensa nos decía ‘desde la Expo del 2008 no se había visto nada igual’. Creo, además, que hemos conseguido durante todo un año ir explicando a los zaragozanos la importancia de su propia Historia, ya no solo de un aniversario porque la coincidencia nos ha permitido poner en la calle distintas facetas de la Historia de Zaragoza y, sobre todo, para muy distintos públicos. Hemos hecho desde grandes encuentros de historiadores a una exposición de paneles, Conocer Zaragoza, que ha ido por todos los colegios y que han visto más de 30.000 niños. Se ha dado un salto cualitativo respecto a las celebraciones, por ejemplo, de 1918.

—¿Ha sido también una invitación a los ciudadanos para que quieran más a su ciudad?

— Claro, el título que utilizamos para la exposición del Patio de la Infanta, Pasión por Zaragoza, era lo que nosotros explicábamos. Queríamos que el público cuando saliera de una exposición, cuando acabara una conferencia, cuando saliera de uno de los conciertos que se sintiera apasionado por su ciudad, dijera qué suerte tengo de haber nacido en Zaragoza, de vivir en Zaragoza o el turista de venir a Zaragoza. No todo lo de fuera es mejor, claro que hay cosas mejores pero nuestra ciudad también es bonita y nosotros lo que queríamos era que los zaragozanos se apasionaran de Zaragoza. Para ello, ha habido casi 100 actividades culturales durante todo el año,

—También les ha servido quizá para dar a conocer la Academia a la gente...

—Efectivamente. Nos ha servido para que la Academia vuelva a salir a la calle, que ya no esté solo en los salones académicos sino que le presente a los zaragozanos y a los aragoneses que tenemos esta institución que lleva 225 años trabajando y protegiendo el patrimonio aragonés. Vamos a saber reconocer lo que tenemos en casa. Ahora la sociedad tiene que reconocer la labor de una institución de este tipo. Y por ello, hemos hecho actividades de todo tipo, desde grandes reuniones científicas a cruzar Zaragoza por el centro con un gran rebaño de ovejas, que los niños se quedaban asombrados por la antigua cabañera de Zaragoza.

—Y todo esto no podía tener un final más bonito con el concierto del jueves pasado.

—Queríamos que hubiera un acto institucional y como la música ha sido muy importante dijimos vamos a acabar con un concierto en el sitio más emblemático de la ciudad para oír música, nuestra joya. Además del acto final, la guinda fue el concierto, se tocó el Dixit Dominus de Haendel que es la primera vez que se oía en la Mozart. Y luego quisimos que el homenaje a Zaragoza lo hiciéramos los zaragozanos y gente joven, que disfrutaran en su ciudad y ellos encantados de que se les reconozca en casa.