Profesora de Matemáticas jubilada, presenta el 5 de junio en la Biblioteca de Aragón su investigación sobre mujeres compositoras y letristas de tango, preludio al 18º Encuentro Transpirenaico de Tango en Zaragoza.

—Mujer y tango... ¿Por qué?

—Siempre me ha interesado investigar sobre las mujeres. Ya en los 80 realicé una recopilación sobre mujeres científicas. Y con alumnos del Instituto Goya, donde impartía clases, para el 150 aniversario del centro estudié sobre las primeras mujeres que en Zaragoza realizaron el Bachiller. Una vez jubilada, empecé a aprender tango. Siempre me ha gustado bailar y el tango me atraía estéticamente. Ya metida en este mundo, como el tema de las mujeres siempre me ha preocupado, me intrigó el papel que tenían y empecé a buscar.

—¿En qué va a consistir su exposición?

—Mi presentación es la iniciación de un proyecto más amplio sobre mujeres compositoras y letristas de tango. Voy a centrarme en tres mujeres argentinas: María Luisa Carnelli, escritora y periodista nacida en 1898, que lo tuvo muy difícil porque en su casa tenía que escuchar los discos a escondidas con sus hermanos. Escribió letras de tangos conocidos, pero firmó con seudónimos. Sus padres murieron sin saber que ella había escritos tangos. Era comunista y estuvo en la guerra civil española como corresponsal de guerra. En 1900 nació Paquita Bernardo, que fue la primera mujer que tocó el bandoneón, esa especie de acordeón típica del tango, de forma profesional. También compuso tangos y organizó su propia orquesta, algo insólito. Y la tercera es Maruja Pacheco, nacida en 1912, actriz, pianista, compositora, cantante y letrista de tangos.

—El cartel de su conferencia muestra una larga lista. ¿Cuántas mujeres tiene registradas?

— Llevo año y medio investigando y tengo unas 140 registradas y 2.000 obras. Y eso que me he parado en los años 60. De hecho, la presentación la acompañaré con la música de estas mujeres. Mi trabajo se ha centrado en recopilar el trabajo de todas ellas, que estaban ocultas. He viajado a Argentina varias veces y he visitado la Biblioteca Nacional y la Asociación de Autores, he rebuscado en internet, en la Biblioteca de Aragón me han traído de otros centros de España libros que he solicitado... Hay que pensar que un libro de 200 páginas igual solo tiene dos líneas dedicadas a las mujeres.

—¿Qué es el tango para usted?

—Una droga dura buena. Te engancha la música, el baile. Bailar tango es difícil de aprender, y como tienes que esforzarte, cuando lo logras empiezas a disfrutar y no lo quieres dejar.

—Es un baile muy sensual...

—Desde fuera parece más erótico que desde dentro. Pero sí que hay una fusión entre la pareja que baila, y tiene que estar conectada.

—¿Hay mucha afición en Zaragoza?

—Bastante. En la Asociación de Amigos del Tango El Garage debemos ser unos 250 socios. Organizamos milongas los domingos. Pero también hay milongas en bares. En Zaragoza, cada semana se puede ir a bailar cuatro o cinco días. La gente que va es muy variopinta, y eso es muy bonito. Este año, además, a Zaragoza le ha tocado organizar el encuentro transpirenaico de tango, del 6 al 9 de junio. El aforo está ya completo, y nos juntaremos más de 300 personas.