Es estomatólogo desde hace 35 años y bien conocido por expresar su zaragocismo socarrón en Aragón TV, además de cónsul de honor de Honduras en Aragón y prolífico pintor de una vida multicolor.

-¿Qué puntos de encuentro tienen un dentista y un pintor?

-Los dentistas somos habilidosos, muy manitas, como muy artistas. A veces, ante una boca también tienes que improvisar tratamientos. En la pintura lo hacemos, sobre todo los expresionistas abstractos como yo, que improvisamos colores, formas... Tratamos, en definitiva, de realzar la belleza. En la boca lo hacemos a través de los dientes; en la pintura, con nuestros cuadros.

-Vive entre la profesión y la pasión.

-Dentro de mi vorágine de actividades, porque también soy cónsul de Honduras, vicepresidente del Colegio de Médicos y tertuliano futbolístico en Penalti y expulsión, también ejerzo de estomatólogo hace más de 35 años. Como pintor llevo ya casi 30, aunque estos últimos han sido mucho más productivos y visuales, con muchas exposiciones que permiten llegar más al público.

-¿En qué momento le llegó la pasión por la pintura?

-Pintaba desde pequeño. Siempre he dibujado, y creo que bien, y el mundo de los colores siempre me ha gustado mucho.

-Hablaba de exposiciones…

-Tengo dos ahora mismo, una en la clínica Montpellier y otra en el Museo de Fuego de Bomberos. Ya llevan un tiempo, pero estarán todavía unos meses más.

-¿Es muy prolífico?

-En estos momentos tengo 73 cuadros en organismos privados y públicos. He hecho ya 15 exposiciones. No solo en Zaragoza, también en Bilbao o Madrid. Tengo un cuadro en el Palacio de Justicia, en la Real Academia de Medicina, en el Decanato de esta facultad, en el Colegio de Médicos, en consulados, en clínicas… Hasta tengo un cuadro de la virgen dentro de la Catedral de La Seo, en las oficinas.

-¿Tiene un estilo marcado?

-Sí. Es tipo Jackson Pollock, un expresionista abstracto que es mi fuente de inspiración. Pinto con guantes y espátula, pero siempre arrojando pintura, nunca con un pincel.

-¿Por qué es cónsul honorario de Honduras en Aragón?

-Llegar a ser cónsul es muy difícil, tienes que tener contactos y vinculación con el país. En mi caso tenía amistad con el embajador de Honduras y, después de diversos trámites y avales, me convertí en diplomático de ese pueblo en Aragón, donde ahora hay casi dos mil hondureños. Muchos están legales y otros, desgraciadamente, ilegales. Tienes que ayudarles y hacerte cargo de ellos como buenamente podemos. Sobre todo es Eva, mi mujer, que es abogada, quien se hace cargo de atenderlos a diario.

-En su polifacético cuadro personal no se puede dejar de lado su zaragocismo militante, incluso como opinador televisivo.

-Llegué a la tele por primera vez hace 18 años. Con Pedro Hernández y Valeriano Jarné hacíamos un programa los lunes por la noche. Hace unos 5 años me volvió a llamar Pedro para incorporarme a Penalti y expulsión. Dicen que soy la voz de la afición. Aunque a veces soy excesivamente virulento en mis comentarios, la verdad es que la cosa no da para más.