Esta artista zaragozana, Elem, se ha ganado su hueco subiendo sus canciones y versiones a las redes sociales y ahora está grabando el que será su primer trabajo discográfico, ‘Lapso’, un EP de seis canciones.

—Así que está grabando su primer disco...

—Se llama Lapso y el nombre viene porque es esa fracción del tiempo en la que decido abandonar mi miedo escénico, en la que decido venga ya está y empiezo a reflexionar cómo podía vencer ese miedo y salir al escenario. De la nada decido empezar a subir vídeos en Youtube, a mostrar mi música, a componer… y cuando ya tengo unas cuantas canciones me lanzo a grabar un EP de seis canciones y en ello estamos.

—¿De verdad tenía miedo escénico?

—Sí, sí, no salía nunca, tenía terror, pero no solo por la música sino también a la hora de exponer, todo lo que tuviera que ver con público era imposible para mí.

—¿En qué momento acaba con él?

—Un día le dije a mi padre que es cantante también que cuando tuviera una actuación que me iba a subir con él y, justo ese día, actuaba en Tabuenca. Fue una terapia de choque, subí temblando. Y la segunda vez que subí a un escenario fue en el Rock & Blues con mi tío, Luis Cebrián, para cantar Cantando de Kase.O. Ha sido un proceso de muchas veces en el que lo he pasado mal ¿eh?

—Por cierto, ¿de dónde viene su nombre artístico, Elem?

—De mi nombre, me llamo Laura María y de ahí Elem, mis dos iniciales.

—Utiliza Youtube e Instagram donde sube versiones y canciones que graba, ¿es una herramienta para darse a conocer?

—¡Y para ir mejorando! Todo está ahí y hay una evolución clara del primero al último...

—¿Qué versión de las que ha hecho hasta ahora le gusta más?

—Me gustan mucho Bella ciao y una canción original mía con el ukelele, Mi yo.

—¿Cómo elige las versiones que hace?

—Al principio creo que elegía un poco mal... (risas).

—¿Por qué?

—Porque eran canciones comerciales que ahora no versionaría... Ahora soy bastante selectiva a la hora de elegir una canción, de hecho, hay varios vídeos en Youtube que he borrado porque ya no me siento identificada con ellos. Las versiones las hago según me va apeteciendo, no miro mucho más, lo hago por disfrute.

—Acaba de estrenar imagen de marca.

—Sí, una cebra, diseñada por Omnia Estudio. Está mi apellido, además, la cebra es blanca y negra y mi estado de ánimo es de contrastes, puedo estar muy motivada y de repente no. Soy muy intensa tanto para lo bueno y para lo malo, soy muy pasional y nerviosa. Y la cebra no se ha logrado domesticar, se intentó como el caballo pero no se consiguió. Como mis canciones que no siguen un patrón, compongo lo que me apetece, una rumba, una balada... No me cierro a nada ni a ningún instrumento, al revés.

—Si le pregunto por sus aspiraciones...

—No me pongo expectativas, quiero que fluya todo, ir disfrutando. No sé si me podré dedicar a esto pero yo lo voy a intentar, por ganas no será.