Es uno de los coordinadores de Clásicos Luna, la compañía de teatro grecolatino adscrita al instituto Pedro de Luna. Mañana estrenan en el Teatro de las Esquinas (18 y 19.30 horas) 'La comedia de las apariciones' de Plauto.

—Un nuevo proyecto para Clásicos Luna, La comedia de las apariciones...

—Forma parte de las comedias de enredo de Plauto. Los padres de una familia tradicional romana se van de casa y su hijo, un chico joven y guapetón, decide hacer una fiesta con sus amigos. El problema es que regresan antes de lo previsto sus padres y hay que intentar resolver el entuerto...

—A pesar de los años suena muy actual.

—Sí, aunque no deja de ser un clásico. Una de las claves más importantes es que tienen un esclavo en la familia que es muy listo y es el que acaba resolviendo el enredo.

—Clásicos Luna es un proyecto íntimamente ligado al instituto Pedro de Luna, ¿se entendería sin él?

—No, porque lo principal es que tiene un componente fundamentalmente educativo. Con ella, los chicos se integran en actividades creativas, aprenden a trabajar en grupos grandes, en esta obra son 35 chicos, cogen habilidad para soltarse y ganan capacidad para sacar adelante un proyecto.

—¿No les echa para atrás a los jóvenes el teatro grecolatino?

—No, para nada. Es una tradición que hay en el instituto y que no se entendería sin los profesores de Teatro La Clac, Juan Luis Pérez y María Ángeles Parroqué. Los alumnos cuando empiezan la ESO ven a los mayores actuando y como es un trabajo muy visual están deseando participar. Es un teatro muy alegre, visual y colorista y eso atrae.

—¿Por qué apostaron por el teatro grecolatino?

—Un poco por casualidad. En la primavera del 2002 conocimos un festival de teatro grecolatino en Zaragoza (el Prosopón) en el que se implicaba a muchos alumnos y nos dijimos ¿por qué no podemos hacer esto?. Porque el hecho de que haya este tipo de festival en Zaragoza (que es único porque no hay de otro género) y también en el resto de España nos permite que el grupo que se forma no se muera en los ensayos y eso es una gran ventaja desde el punto de vista educativo. A lo largo de estos años, hemos hecho obras muy variadas, muchas comedias de Plauto, con una tragedia de Eurípides ganamos un premio nacional y también hemos apostado por dos versiones de La Odisea y La Iliada.

—¿Funciona como un acercamiento también a otro mundo para que los alumnos puedan conocer más de la Historia?

—Claro. Nos permite introducirles a los alumnos en la mitología, los dioses, la tradición del Mediterráneo...

—El proyecto nace en el año 2002 y, desde entonces, no ha parado de crecer, ¿se plantean una cima concreta?

—A ver qué ocurre, es cierto que cada vez vamos a más. Hemos ganado dos premios Buero Vallejo y nunca pensábamos que este proyecto educativo y de convivencia podía llegar tan lejos. Ahora contamos con una compañía de más de cien alumnos y se ha convertido en una seña de identidad del centro y así lo sienten también los alumnos.