Lleva toda una vida en los escenarios, donde debutó con 3 años. La Violetera del Cierzo tiene aún cuerda para rato. Es también hostelera y la capitana de las majorettes de Zaragoza, que celebran hoy 50 años de su primera

<b>-¡Sus</b> majorettes<b> cumplen 50 años y lo celebran hoy!

</b>--Hoy hay un homenaje en el Ayuntamiento de Zaragoza, aunque la fecha real fue el pasado viernes. Entonces se cumplió medio siglo desde que salieron por primera vez a la calle para acompañar el pregón de las Fiestas del Pilar que, por aquel entonces, daba a caballo y de viva voz Ignacio Moreno. Ese año, la reina de las fiestas fue Elvira Horno, hija del que después fuera alcalde. Así que decidimos que ella fuese la madrina de las majorettes.

-¿Cómo nació este grupo?

-Nació por iniciativa de la Comisión de Festejos, con la que colaboraba mi padre. Por aquel entonces, venían otras majorettes de Francia a las fiestas. Y pensaron en hacer un grupo aquí. Así que lanzamos un llamamiento para encontrar integrantes. Yo busqué gente lista y que tuviera gracia al desfilar. ¡Y empezamos a ensayar!

-A partir de ese momento y, durante años, las majorettes se convirtieron en parte del paisanaje de las fiestas...

-Las majorettes iban a las inauguraciones, a actos benéficos, a los barrios, a los pueblos... Y también a los partidos del Real Zaragoza. Y tengo que decir que, siempre que estaban ellas, ganaban (risas). ¡Ahí lo dejo! Llegamos a recorrer toda España y a salir a actuar a Francia o a Gibraltar. En el 96, el grupo se disolvió. Y, en el 2012, coincidiendo con el homenaje que me hicieron las peñas, volvieron a reunirse para hacer cosas benéficas. Hicimos algunos actos. Fue bonito.

-Recuerdo ese homenaje, al que vinieron hasta María Jesús y su Acordeón...

-Es que nos conocimos en el Circo Mundial, porque las majorettes iban también a actuar allí, para bailar Los Pajaritos y cosas de esas. Nos hicimos amigas y lo seguimos siendo.

-¿Se da cuenta de que usted también es un personaje de las fiestas?

-A mí lo que me gusta estos días es trabajar. Este año, he estado en la sala Multiusos, que cumplía 25 años, con el homenaje a la tercera edad. Y con las Heroínas de los Sitios. Y en mi Café de Martino, recibiendo visitas especiales. Han estado por aquí desde Concha Velasco a Rosario Mohedano, sin olvidar a mi Fernandito (Esteso). Además, este año me he emocionado mucho. De alguna manera, me he reencontrado con los escenarios después de una época difícil. Tuve un pequeño ictus y eso me llevó a la Casa Grande, donde fui atendida maravillosamente. De allí salió una persona distinta. Y me encuentro mejor, hasta en el escenario. Aunque fue algo leve, yo creía que no podría volver.

-Usted creció en un escenario. Porque sus padres eran empresarios teatrales. De hecho, su madre, Cora López, fue una pionera en este sentido.

-¡Llevo 67 años en los escenarios! (risas) Es que empecé con 3. Mi madre me sacó en La tabernera del puerto. Mi abuela me hizo un traje de organdí monísimo con una chaqueta de angora. ¡Pero era junio! (risas) Y sí, mi madre fue una mujer muy trabajadora y una artista. Ella vino de Madrid y montó aquí su academia, los Amigos del Arte, por la que pasaron desde Fernando Esteso a Víctor Ullate y Lita Claver La Maña, que entonces era Emilia Jiménez La Faraona. Allí se estudiaban variedades, baile español... Últimamente, se ha reivindicado la figura de mi madre y a mi me apetece seguir haciéndolo.

-Los mayores han sido parte esencial de su público.

-Una vez en el Casino Mercantil me reconocieron como Nieta Favorita de los mayores de Aragón. Fue un premio que me dieron muy joven y me marcó.

-Le han dado premios curiosos. Tiene su propio gigante, en Sierra de Luna. Y, en su Wikipedia, figura hasta una Medalla Lenin. ¿Qué es eso?

-¡Eso quisiera saber yo! Pues fue una vez que actué en Moscú con la orquesta Maravilla. Y vinieron unos rusos y me la dieron, por ser buena trabajadora en el escenario. ¡Me han pasado muchas cosas!

-¿Quién le puso Violetera del Cierzo?

-Rafael Castillejo me dijo que yo era la Última Violetera. Y Domingo Buesa lo redondeó y dijo: «¿No has nacido en Zaragoza? ¡Pues la Violetera del Cierzo!»

-Estaba usted metida en el proyecto de la ópera del Ecce Homo de Borja que preparaba Andrew Flack. ¿Qué paso con eso?

-Está a expensas de financiación. En Los Ángeles sí se ha estrenado, en inglés, claro. Hicieron varios viajes por aquí, pero ahí se ha quedado.... A ver qué pasa.

-Por cierto, tanto buscarla, ¿ya sabe dónde está La Pulga?

-¿Dónde se habrá metido, la condenada? Porque, por más que miro, no veo nada. Quizás está con la chica del 17, que dice... ¡Gra-cias-por-ve-nir!