Lleva desde los 16 años rondando por platós. De ‘Lluvia de estrellas’ a ‘OT’, la locura del 2006. Después llegaron siete discos, más horas de vuelo y nuevos giros del destino. El último le ha llevado a la producción televisiva. Su nueva pasión, al otro lado de las cámaras

-Teníamos prevista esta entrevista hace tiempo... Pero desde que se metió en el terreno de la producción televisiva, ¡no hay quien le pille!

-(risas) ¡No he tenido vida en los últimos meses! Ni para ir un minuto al gimnasio, que es lo único que pido. Es verdad que la televisión me ha abierto una nueva puerta. Y, en poco tiempo, he conseguido avanzar más que en años en la música, cuando me estaba rompiendo los cuernos por cantar. Me apasiona este nuevo reto y, de alguna manera, pienso que es algo que me estaba esperando ahí, en el camino.

-Es un giro curioso del destino...

-En realidad, no tanto si lo piensas. La primera vez que pisé un plató tenía 16 años y siempre he estado ligado a la tele. De pequeño me pegaba la mitad del día cantando en casa y la otra mitad, inventando mis propios programas de tele. Grababa en un cassette preguntas, respuestas, voces de publicidad y... ¡Hasta los aplausos!

-Pero, ¿cómo se le ocurrió ponerse a estudiar producción?

-En el momento de más parón musical, por la crisis, decidí acabar Historia del Arte. Entonces, me dije: «Ahora, ¿qué hago?» Elegí un máster de producción televisiva para abrir una vía laboral más consistente. Porque, además, después de tantos años rondando por teles, sí tenía los contactos. Y fue acabar, y ponerme a trabajar como un loco.

-Sé que estuvo en el equipo de ‘Ven a cenar conmigo’, un programa que ha dado alegrías... Y narrado por otro aragonés.

-¡Sí, Larrodera! Nos encontramos en la fiesta de Navidad de la empresa y echamos unas risas. ¡No sabía que yo estaba en el programa, buscando concursantes! Y después pasé al equipo de cásting de Got Talent, que fue una experiencia increíble, en la que me sentí súper implicado.

-Entendería a los concursantes. Sería como ver a Daniel Zueras que llegó a OT.

-Claro. Les veía venir con sus sueños, los nervios a flor de piel, tras haber pasado el cásting online y llegar al presencial. Cuando los veía, a veces pensaba que no sabían lo que les iba a venir encima. Yo mismo le daría unos cuantos consejos al Dani de hace unos años. Cuando eres tan joven y te metes en un formato así es todo tan salvaje para alguien que no ha hecho nada, que ni te lo imaginas. No sabes qué decisiones tomar, porque cuando acaba el concurso y quieres aprovechar esa inercia es realmente difícil saber cómo organizarse y a quién tienes que escuchar.

-Algunos concursantes de ‘realities’ reniegan de la experiencia. Usted no.

-Yo había tenido ya una experiencia televisiva y sabía que lo normal es que no te vaya bien. Es decir, entré con una visión muy sensata. Algunos compañeros estaban más verdes. Además, en el concurso me fue fenomenal. ¡Quedé segundo! Y lo que vino después fue una locura por la que la gente aún me sigue preguntando.

-Es verdad, antes de ‘OT’, ganó ‘Lluvia de estrellas’, ¡con 16 años!

-Ahí descubrí este mundo. Y eso que hice el cásting de casualidad. Gané un concurso que Cadena Cope y la Ser hacían para el Pilar. Fernando Izcara, que entonces tenía el pub Traste y estaba en el jurado, me dijo que iban los de Gestmusic a hacer un casting. ¡Y mira! Luego fue la misma productora de OT y de muchos de los programas en los que he participado como cantante o delante de una cámara.

-Por cierto, cada vez que veo un ‘reality’ de música, hay mucho aragonés.

-En Lluvia de estrellas, me dijeron que solo íbamos aragoneses y andaluces. Luego nos juntábamos todos los de Zaragoza para hacer giras y éramos mogollón (risas).

-Se han cumplido diez años de la Expo. ¿Aún canturrea alguna vez ese himno?

-Fue una experiencia increíble. Poder trabajar en ese himno con un profesional como Julio Mengod, que es un gran compositor, fue una aventura. Y poder estar presente en la Expo de mi ciudad, un lujo.

-Veo que, aunque vive en Madrid, sigue reivindicando su tierra.

-¡Claro! Todo el mundo sabe de donde soy. Y cuando llega el Pilar, pongo jotas en casa. Y busco Aragón TV y hago que mi pareja vea un rato gordo de la ofrenda. (risas)

-¿Qué va a hacer con su carrera discográfica? Han pasado cuatro años de su último disco, que publicó el Alemania.

-Cuando vine a Madrid, pensaba que iba a tener más tiempo. Pero, con la tele, es complicado, aunque es una cuestión pendiente. Lo echo de menos y tengo a gente que tira de mi. Cuando volvió OT, todo revivió. Pero necesito tiempo, porque, a mi no me vas a ver cantando reggaetón. Yo siempre elegiría el camino más difícil y una apuesta por lo que me gusta, que es el soul o la música norteamericana. La industria musical no está en eso. Lo mío es ir contracorriente.