Este maestro de artes marciales lleva más de tres décadas aprendiendo e impartiendo disciplinas como el kenpo en Zaragoza. Además, en su recorrido ha desarrollado su propio método de defensa personal, el Wolf.

-Son ya más de 30 años de trayectoria en las artes marciales...

-Voy a hacer 37 años practicando artes marciales y 33 como profesor. Mis dos raíces madre son el kárate y el kenpo. El primero de la mano del maestro Santiago Velilla y el Kenpo del maestro Raúl Gutiérrez. He trabajado distintas disciplinas, creo que un artista marcial tiene que ser multidisciplinar. Hago lo que me gusta y transmito como docente el el kenpo y un sello mío, que es el Wolf, que es una mezcla de distintas artes marciales pero con la base de la efectividad y la rapidez de aprender una defensa personal.

-Precisamente, ¿por qué decide crear un desarrollo propio?

-Nunca se me había pasado por la cabeza instaurar un sistema. Pero la vida me puso a hacer defensa personal en los talleres de autoprotección de mujeres víctimas de delitos violentos. Un arte marcial es más técnico, con más plasticidad, y lo que buscamos en la defensa personal es defendernos de una situación de riesgo. Se busca mucho la efectividad. El Wolf es muy fácil, yo me llamo David Buisán Llop, el Buisán en el escudo heráldico es una montaña y el Llop es un lobo. Es un sello constante en toda mi vida.

-¿Cómo estaban las artes marciales en Zaragoza hace más de tres décadas?

-Aquí, por lo que cuenta mi maestro Santiago, empezaron unos judokas en el gimnasio Judokai y luego comenzaron a interesarse por el kárate. Estamos ahora en el Batallador, me trae muy buenos recuerdos porque estas escaleras no sé cuántas veces las he subido y bajado de distintas maneras. Esto te hace más fuerte, no es que seas más que los demás, pero el arte marcial me ha llevado a tener una seguridad en mí muy importante. Pero eso no quiere decir que sea alguien orgulloso.

-¿Entonces, ayudan en lo personal estas disciplinas?

-Transporto el arte marcial a mi vida cotidiana y, en situaciones como la de ahora , con todo lo que está pasando, recomiendo mucho el ejercicio y el arte marcial. Me ha servido para evadirme totalmente. Estamos todo el rato pensando en el virus y lo que está sucediendo y el arte marcial me motiva, es una vía de escape muy importante. Nosotros hacemos el arte de lucha para no pelear. Bastantes peleas tenemos cada uno de nosotros en nuestro interior como para buscarlas fuera

-Esta situación también habrá afectado a las actividades físicas…

-Sí. Es muy peliagudo, llevamos trabajando en el gimnasio desde junio y no ha habido ningún contagio. Pongo el ejemplo de cuando nos sacamos el carnet de conducir: tienes que tener una prevención con tu coche. Es muy importante ser responsables y precavidos y si nos dicen que solo seis, pues solo seis; si nos dicen veinte, pues veinte.

-Ha llegado a conocer a mitos como Chuck Norris…

-Mi padre tenía un bar y en la cocina yo tenía mi pequeño santuario con Chuck Norris, Bruce Lee, Bill Wallace y Dominique Valera. Mi padre me dijo «¿algún día los conocerás?» y le dije que a Bruce Lee no, porque ya había fallecido, pero a los demás sí. Y he conocido a los tres. Con Valera y Wallace mantengo una estrecha relación. Son referentes, como unos padres marciales.