Doctor en Paleontología, este año celebra los dos decenios de Paleoymás, empresa de la que es socio fundador y que ha trabajado en proyectos fascinantes: Atapuerca, la plaza Mayor de Madrid, la Iglesia de la Magdalena en Zaragoza...

—A casi todos los niños les gustan los dinosaurios, pero de ahí a querer ser paleontólogo hay una gran distancia.

—¡Mira que a mí no me habían llamado la atención de niño! De pequeño me atraían los bichos vivos, pero como no hay Biología en Zaragoza, decidí estudiar Geología, donde lo más parecido que tienes a los bichos son los de piedra, los fósiles. Haciendo Erasmus en Escocia me ofrecieron estudiar unas huellas de dinosaurio, lo hice, las publiqué y ya no paré.

—¿No pasa de moda ser paleontólogo?

—Suena mucho a ciencia, y eso a veces se asocia a señores con bata que decimos cosas muy raras.

—Se les asocia a personajes excéntricos, como Ross de la serie ‘Friends’.

—Sí. A lo mejor los paleontólogos somos un poco así. Nuestra ciencia no es exacta, nos basamos más en la observación y en la experimentación, y eso hace que tengamos nuestro punto de creatividad.

—Van ya veinte años de Paleoymás. ¿Cómo surgió?

—Un grupo de colegas recién licenciados en una época de crisis nos decidimos a montar una empresa. Había un pequeño nicho de negocio en la Universidad, se empezaba a encontrar algo de financiación para estos proyectos, un poco gracias a Parque Jurásico, que fue a mitad de los 90. Generó conciencia social, se resarrollaron las leyes que protegían a la paleontología y nos lanzamos.

—¿Encontraron su espacio en Aragón?

—Sí. Nuestros primeros trabajos fueron en Teruel y en Huesca, pero seguíamos investigando en la Universidad. Yo sigo vinculado al grupo Aragosaurus.

—¿Tiene algún dinosaurio preferido?

—El galvesaurus, por supuesto. ¡No podía decir otro!

—¿Qué le enorgullece de estos 20 años?

—De lo primero que deberíamos de estar orgullosos es de sobrevivir. Hemos colaborado en proyectos como Atapuerca, en Las Hoyas, en Los Cayos de La Rioja… También hemos desarrollado la arqueología y aquí hemos trabajado recientemente en la Iglesia de la Magdalena.

—Un proyecto muy largo.

—Sí. Han salido muchos restos, desde romano hasta 1930. Han salido trajes carlistas, visigodos... de todo. En el fondo ha salido calzada romana con restos de alguna lámpara visigoda y otros varios, de la Guerra de la Independencia, por ejemplo.

—¿Podemos asegurar que los dinosaurios eran como nos los enseñan, por ejemplo, en ‘Parque Jurásico’?

—Al 100% no, pero se sabe más de lo que se cree en cuanto a clima, plantas, distribución de los continentes o forma de los dinosaurios. Hay discusiones sobre la forma final, y el color, que al 90% está basado en comparaciones con la actualidad.

—¿Y su comportamiento?

—Los huesos nos muestran cómo era el bicho quieto; las huellas, el bicho en movimiento. Si iban rápido o lento, juntos o separados, en manada… Con la ley del actualismo suponemos que las leyes físicas y químicas no han cambiado a lo largo de la historia, por lo que muchas cosas de ahora ocurrieron en el pasado.