La sala grande de los cines Aragonia se quedó pequeña para acoger el reestreno de Con nombre propio, acto que se presentó como un evento, y realmente lo fue. Cientos de personas acudieron a apoyar una iniciativa en forma de película documental, dirigida por Mario Potyomkin y producida por la Fundación Virgen del Pueyo, consagrada a la integración de la discapacidad.

Una docena larga de discapacitados de la mencionada Fundación se prestó voluntariamente para aparecer en cámara, no tanto por actuar como improvisados intérpretes como para mostrarse tal como son y se comportan habitualmente. Desarrollando sus labores cotidianas, haciendo gimnasia de coordinación, planchando y lavando sábanas y colchas, jugando a diversos deportes, improvisando coreografías musicales... Mostrándonos su interior en la cocina, en el aula, incluso en sus propios domicilios, junto a sus familias, padres y madres, hermanos y amigos que conviven con ellos, animándoles, junto a sus profesores, expertos en integración.

Todo ello, todos esos planos y escenas, conversaciones y bromas, esperanzas y diálogos están expresados en el documental con pasmosa naturalidad, como si la cámara de Potyomkin se limitara, según hacen los buenos cineastas, a transmitir la vida como es, dotándola de humanidad, emoción y una banda sonora en la que brilla la voz de Pilar Torreblanca.

Esas cualidades de la película, que fueron destacadas por el crítico cinematográfico Fernando Gracia Guiu y por la consejera del Gobierno de Aragón Pilar Alegría son, además de propias del documental Con nombre propio, innatas a quienes la protagonizan. Los hábitos, virtudes, sentimientos, emociones de todos estos discapacitados --decenas, cientos, miles--, que viven entre nosotros, pero que lo que realmente desean es convivir. No de nuestra nuesta caridad, ni con limosnas de beneficencia pública, sino con proyectos de integración que contribuyan a paliar su desigualdad, a acercar niveles y nivelar el desnivel en el que un error de la genética los abocó, no para siempre.

Una hermosa película y un ejemplo más bello aún de lo que puede hacerse si se tiene buen corazón, mejores ideas y una cámara de cine.