Monologuista, cofrade, diseñador gráfico y arrabalero. Dueño de un cerebro que no para de maquinar y presidente de Ámbito Cofrade, asociación que acaba de lanzar un juego sobre la Semana Santa de Zaragoza. Lo suyo es Pasión ‘gamer’.

-¡Acaban de convertir la Semana Santa zaragozana y sus cofradías en un juego!

-Y la chulada es que puede ser un buen entretenimiento para mientras estás esperando en la acera a que pase la cofradía que sea. El asunto es que en el juego puedes elegir cualquiera de las 25 cofradías de Zaragoza, aunque luego juegas con unpiquete de seis cofrades, que va haciendo un recorrido en zigzag, mientras van cogiendo estandartes. Cuando chocan por la acera, los cofrades se desmayan.

-¿Cómo surgió esta idea?

-Le propuse el reto a mi amigo Héctor Plou. Y él se lo tomó a pecho. Yo me encargué de que los cofrades fueran vestidos como debían. El Silencio lleva sus heráldicas, la Sangre de Cristo, su cetro... Son detalles que hacen que quieras jugar con tu cofradía. Hemos trabajado todo el año. De momento, está para Android. Los de iPhone tendrán que esperar. (risas)

-Al final del juego, el piquete se la pega y parece que explota. ¿Esto no ha despertado ciertas suspicacias?

-No, de hecho, es una de las cosas que más gracia les ha hecho a los cofrades que lo han probado (risas). Había que mantener ciertas dinámicas de juego, como los guiños a los juegos de coche en los que, al final, explotan. ¡No es para tanto! Todo lo que sirve para promocionar la Semana Santa de Zaragoza es positivo.

-Todo esto tiene que ver con su pasión por la Semana Santa. Es usted un personaje con múltiples facetas.

-En cada momento, me voy presentando según me toca hacer. Siempre digo que mi familia es mi devoción, el diseño es mi profesión, el humor es mi afición y la Semana Santa es mi pasión.

-¿Cuándo nació esa pasión?

-Nació conmigo. Me hice cofrade con 17 años, porque mi familia no me dejó hacerme con cuatro. Nosotros éramos de los que cruzábamos el puente de Piedra con las sillas de cámping y acampábamos para ver El Santo Entierro. Con mis hermanos, jugábamos a ser cofrades. Cogíamos los tambores de detergente y un cinturón del albornoz nos hacíamos el instrumento. Y nos pintábamos los nudillos con rojo de rotulador. A los 17 años, por fin, me dejaron apuntarme, después de 14 o 15 años dando la matraca. Llevo 27 años en el Prendimiento, que es la cofradía de Escolapios, mi colegio. He llegado a ser hermano decano y soy vocal adjunto.

-¿Cómo surge Ámbito Cofrade?

-En la Semana Santa zaragozana hay varias asociaciones que realizan actividades. Yo quería añadir una oferta novedosa. En 2012 nació Ámbito Cofrade, con otros dos locos... Aunque ahora somos cinco. Nuestro objetivo es fomentar actividades no al uso. Empezamos lanzando un dvd, hemos convocado dos veces el certamen de vídeo cofrade, hacemos las visitas de Semana Santa con Gozarte... Y este año nos lanzamos con el juego.

-Ya que esto demuestra que los cofrades tienen humor, hablemos de esa otra parte. ¿Cómo nació su afición?

-Pues igual. Payaso he sido siempre. Cuando empecé a hacer monólogos, en el 2001, subirme a un escenario me pareció natural. Yo nunca me pongo un no por delante. Eso me abrió las puertas de Aragón TV, de Aragón Radio, de El Periódico de Aragón o del Cuarto Espacio, con una exposición que soñé durante años. Tengo proyectos a montones... Necesito tiempo.

- Forma parte de los Monólogos por la Beneficencia y ese epicentro del humor que es el Juan Sebastián Bar en Zaragoza.

-El lugar se ha convertido en una referencia. Y están ocurriendo cosas como que en el Pilar todos los teatros estuvieran llenos de comedia aragonesa. O lo que nos pasa en monólogos por la Beneficencia, que con Ocho apellidos aragoneses aún seguimos prorrogando y vamos a empezar una gira por la anatomía aragonesa. Yo a este grupo llegué adoptado: lo formaron Jorge Asín, Mariano Bartolomé y José El Niño.

-A usted le va la marcha con la tele. Presentó ‘Aragón a pie de calle’ y ha estado en las tres temporadas de ‘Comedyantes’, con Luis Larrodera, que vuelve.

-No sé si les gusto o es que no han encontrado a nadie que me sustituya (risas). Me gusta escribir y contar mis cosas. En Monólogos por la Beneficencia el requisito es que nos guionicemos nosotros mismos.

-De la Semana Santa, ¿escribiría un monólogo?

-Diego Peña tiene uno. Pero yo la vivo desde el respeto. Habría tajo, pero a mi no me sale.

-El sábado empieza en EL PERIÓDICO con sus crónicas sobre la Pasión. ¿Podría elegir un acto especial?

-El Viernes Santo. Que todas las cofradías nos juntemos para acompañar al Cristo Yacente le da sentido a todo. Es un acto único en España y en el mundo.