Lleva décadas trabajando sobre medio ambiente como divulgador y naturalista. Acaba de publicar ‘Plastic detox’ y ha visitado Zaragoza, invitado por UGT y Ecoembes, para hablar a los trabajadores de los ‘Océanos de plástico'.

—Dice en el libro que no criminaliza el plástico, pero oímos que es terrible.

—El plástico no es tóxico ni terrible. Lo que digo en el libro es que vivir sin plásticos es una utopía. Y lo que sí podemos hacer los ciudadanos, empresas y políticos incluidos, es intentar habilitar mecanismos para hacer un uso responsable y razonado del plástico para reducir el residuo. El problema no es el material, que nos ha hecho la vida más fácil al igual que el vidrio, el aluminio e infinidad de materiales. Al plástico le debemos buena parte de los avances en infinitos campos, desde la medicina y la ciencia a la seguridad alimentaria. El problema es el uso.

—El uso y el abuso, ¿no?

—El plástico es el material más versátil para el envasado de alimentos. Y la industria alimentaria es uno de los canales que más plástico coloca en manos de los consumidores. Pero su gran error ha sido no pensar en su vida útil a lo largo de todo su desarrollo, incluso cuando muere. Ahora bien, aquí no se trata de externalizar las culpas a la industria. La pregunta es: ¿Qué hacemos los ciudadanos? ¿Seguro que vas a comprar con la bolsa?, ¿vas a comprar con tu táper y se lo das al charcutero?, ¿compras la fruta desnuda, sin plásticos? ¿Seguro que estamos haciendo lo que podemos? Si así fuera, las esperanzas serían mayores.

—¿No cree que no hay voluntad política de erradicar el plástico y que la responsabilidad está en el ciudadano?

—Sí. Pero, ¿qué es antes el huevo o la gallina? ¿Qué pide el consumidor? Producto fresco y seguro. ¿Qué hacen las industrias? Dárselo. También digo que ya les vale, porque han estado durante mucho tiempo colocando plástico en las lineales y externalizando su gestión.

—Se cobran las bolsas de plástico reutilizables y son gratis las de un solo uso para pesar la fruta. ¿Cómo se entiende?

—Hay un dato: las bolsas de plástico se han reducido en un 60% desde que se pagan. Y es innegable que la concienciación está calando en la sociedad. Hay estudios de grandes multinacionales que demuestran que esto es así. Si no, ¡de qué iba a haber ahora tanto interés por el medio ambiente! Los ciudadanos hemos dicho basta.

—¿De qué va su libro?

—Intenta ser un manual de a bordo. Propone estimular al lector y llevarlo a que reflexione con la frase mágica: ‘Y yo, qué puedo hacer’. Y propongo alternativas para el día a día.

—El 80% de la basura acaba en el mar. ¿No funciona la cadena de reciclaje?

—El mito de que el reciclaje es un timo es una de las grandes falacias que está motivando el desánimo de uno de los hábitos que más contribuye a la mejora del medio ambiente. Otra cosa es si se reciclan igual todos los residuos. Los envases solo suponen el 7% de la bolsa de basura y con Ecoembes reciclamos el 70%. Mientras que la materia orgánica representa el 46% y solo reciclamos el 12%.

—¿Y las grandes islas de plásticos?

—Ocupan 19 millones de kilómetros cuadrados, como Europa y Australia juntas. Pero quienes estudian los fondos marinos dicen que solo equivalen al 4% del plástico que hay en el mar.