Emilio Rubio y Adrián Soler codirigen ‘Astí Estem’, un variado programa que nació durante el confinamiento para animar el Bajo Cinca por el que han pasado treinta colaboradores, se ha convertido en un fenómeno y hoy, 11 de septiembre, a las 20.30 horas, acaba con una gran fiesta en directo que se podrá seguir por la radio, en la televisión Digital Fraga y desde astiestem.com/

-Un joven estudiante de Periodismo y un veterano de la radio, parece casi un guion de película….

-Emilio Rubio: Yo empecé en la radio en el año 72, en Radio Fraga. Con Adrián llevamos trabajando desde el 2016, cuando tenía 16 años y empezó a venir al programa. Y es muy bueno, un 'crack'.

-Adrián Soler: Yo no conocía a Emilio. Tenía un profesor de catalán que sabía que me quería dedicar al periodismo. Y un día, en el patio, me comentó que tenía un amigo en Radio Fraga.

-El programa nace en la tele, en Digital Fraga, en pleno confinamiento, ¿cómo surge la idea?

-E. R: Empezó ya hace unos cuantos meses, el 29 de marzo. La idea era hacer veinte programas, pensaba entonces 'esto del confinamiento, en un par de semanas o tres se acaba'.

-A. S: Se fue alargando e hicimos cuarenta programas de entrevistas, pasaron 110 personas y con actuaciones musicales. Hicimos los últimos diez programas, para llegar a los 50, recopilando esas actuaciones. Y como Emilio es muy inquieto, propuso continuar con un programa transmedia, que se pudiera emitir por tele, radio…

-El espacio ha tenido una gran acogida...

-E. R: Ha coincidido que eran las primeras semanas del confinamiento, que todo el mundo estaba en sus casas, y las cadenas generalistas estaban casi contando los muertos uno a uno. Y yo creo que estábamos todos un poco agobiados. Este programa empezó a sacar a gente de la zona que no se conocía, a lo mejor una periodista que está en París, un catedrático de Chalamera que está en Gotemburgo… Se ha dado una visión fuera de lo tradicional, con gente joven que está haciendo cosas interesantes por el mundo. Estudiantes, trabajadores… ha habido de todo y ha calado. Yo estoy sorprendido.

-A. S: Fue todo muy en cadena. Empezamos a llamar personas y nos llegaban contactos de familiares que estaban en Fraga que tenían a una persona en el instituto Pasteur, otro en Londres…

-¿Se esperaban tanta repercusión?

-A. S: Para nada. Cuando empezaron dejar salir a la calle un par de horas para hacer ejercicio, yo salía en bici y me gritaban «astí estem» y me quedaba congelado. Una vez vino una joven, periodista también, y nos comentó que nos escuchaba desde el almacén de fruta, que ponían el programa, y que le encantaba el consultorio. Nos escuchan hasta en los almacenes de fruta.

-E. R: La repercusión de la televisión no la había experimentado nunca. Llevo 40 años haciendo radio y alguna vez alguien te dice algo, pero esto de la tele es alucinante.

-Han tenido todo tipo de colaboradores, hasta un confesionario…

-E. R: Sí, (risas). Tenemos a un cura en el programa, Wilson Montes, que es colombiano. Quiere convertirme pero no lo va a conseguir (risas).

-A. S: Antes de estar aquí estuvo en una emisora del obispado de Cucuta, en Colombia, y es una de las emisiones más escuchadas. Es espectacular. No tiene problema en discutir de todo.

-Incluso un corresponsal en Fraga, provincia de San Luis, Argentina.

-E. R: Hace unos años descubrimos un pueblo que se llama Fraga y tienen una emisora de radio. Colabora el director y nos enviamos cosas mutuamente, de Fraga a Fraga.

-A. S: Tiene 1.200 habitantes. Nos sorprendió que una población que comparte nombre con la nuestra tuviera una emisora.

-¿Cómo lo habéis enfocado este último programa?

-A. S: Además del reto que supone hacerlo en directo, para lo que hemos contado con varias personas, queremos volver a los orígenes a la hora de contar con talento local; hemos invitado a cantantes como Julia Cruz o Lorena Margalló, el grupo de teatro… además de los colaboradores, queremos dar esa ventana para que el talento local se exponga.