Este instructor de tiro con arco madrileño ha impulsado y coordinado en Alcañiz la escuela-club Arqueros del Bajo Aragón, e invita a todos a probar esta práctica deportiva hoy y mañana en la Expoguay de la capital bajoaragonesa.

—¿Cómo se le ocurrió implantar un club de tiro con arco en Alcañiz?

—Soy instructor desde hace 20 años gracias a la Federación madrileña de Tiro con arco. Y en mi palmarés tengo más de 60 premios ganados. Mi mujer también lo es, y para nosotros es una forma de vida. Vengo trabajando en el proyecto del club de Alcañiz desde hace un año. Aquí venía a pasar los veranos y mi familia está muy vinculada con la localidad. Se lo propusimos al ayuntamiento, les gustó la idea y de momento practicamos en el frontón del polideportivo los fines de semana, sábados por la tarde y domingos por la mañana. Cuando haya un número suficiente de socios nos planteamos ir al recinto ferial como lugar de entrenamiento diario y competición.

—¿Cuántos socios tiene el club?

—Lo hemos presentado este mes. Y solo en la primera jornada que hemos tenido de fin de semana se han apuntado once personas. Todo el que quiera puede venir y probarlo. Este deporte es muy social y los abuelos apuntan a los nietos y los padres vienen con los hijos…

—¿Es difícil?

—Qué va. Es un deporte olímpico y requiere constancia para practicar la técnica que se imparte en los cursos. Al principio cuesta, pero luego es muy reconfortante. Es muy competitivo contigo mismo, no con los demás. Y es muy relajante. Y si lo llevas a tu vida diaria, te hace ser constante, metódico y muy preciso. También es un entretenimiento y te lleva a personalizar tu propio material y a, por ejemplo, pintarte las flechas.

—¿Y el trabajo físico?

—Trabajas todo el tren superior, es decir, del pecho hacia arriba, toda la espalda, los brazos, deltoides y cuello. También algo las piernas, porque hay que ir a buscar las flechas. Es muy apropiado para personas con síndrome de down, con discapacidad motriz o para chavales con hiperactividad que no logran centrarse en los estudios.

—¿Es caro?

—Un equipo básico completo de iniciación, con arco, flechas y protectores de brazos y dedos, rondaría los 110 euros. A partir de ahí, si quieres un Ferrari, también lo puedes tener.

—¿Hay que estar federado?

—Sí. El curso de iniciación incluye la licencia federativa, que es vital por el seguro a terceros y es la que te permite el transporte del material.

—¿Cuál es la situación del tiro con arco en Aragón?

—Está iniciándose. Es ahora cuando está en auge, y eso es muy positivo.

—¿No es muy minoritario?

—Lo practica poca gente por desconocimiento o porque no hay medios. Al ser olímpico tiene una categoría superior que hace que, por ejemplo, hacer el curso de monitoreo sea como un máster de dos años para poder ser docente. Pero no es minoritario, al revés.

—La imagen icónica del tiro con arco es la flecha que inauguró Barcelona 92.

—Todos nos acordamos de aquella flecha. Con un buen entrenamiento esas cosas son posibles.