Representante Especial de la FAO en España, este ingeniero agrónomo y catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Madrid nacido en Zaragoza pasó por su ciudad para hablar del hambre en el mundo.

—¿De cuánta hambre venimos?

—En 1990 había mil millones de hambrientos en el mundo y ahora hay 820 millones. Entonces, el 19% de la población tenía hambre y ahora solo el 11%. Pero hay que tener en cuenta que cada año hay 85 millones de personas más en el mundo, lo que dificulta siempre resolver los problemas del hambre. En África hay 1.200 millones de habitantes, pero en el año 2050 va a haber el doble.

—¿Es ahí hacia donde vamos?

—A fin de siglo dicen que se puede cuadruplicar esa población y que haya más habitantes en África que en Asia. Desde el punto de vista de la inmigración, todo lo que pasa en el Mediterráneo puede ser un juego de niños comparado con lo que pase dentro de diez años. Hemos tenido un retroceso en los tres últimos años en el África subsahariana, donde ahora hay 40 millones más de hambrientos que en el 2015. Desde el punto de vista de los objetivos de desarrollo sostenible, que persiguen el hambre cero, tenemos una preocupación inmensa en todos los organismos internacionales.

—¿Desaparecerá alguna vez el hambre?

—Yo creo que sí. El intento del año 2030 estaba bien. En África se ha fastidiado el asunto en los últimos años por los conflictos y el cambio climático.

—¿Hace falta mucha educación en cuanto a alimentación?

—Sí. En cuanto a malnutrición, no solo es el hambre sino el sobrepeso y la obesidad, que está creciendo de una manera espectacular. Hay 670 millones de obesos, con tendencia importante al crecimiento. Y 41 millones de niños con sobrepeso, lo cual significa obesidad segura. Y hay déficit de vitaminas y minerales, como el del hierro. La tercera parte de las mujeres en edad fértil tienen anemia, lo cual tiene consecuencias en la gestación y en los dos primeros años de la vida del bebé.

—¿Cómo está España?

—Tenemos un 50% de sobrepeso, entre los que hay un 25% de obesos. Hay malas costumbres de comida basura, con consecuencias en todo tipo de enfermedades.

—¿A quién culpamos del hambre?

—En primer lugar a los gobiernos, después a los organismos internacionales y luego a todos nosotros. En los países desarrollados hay mucha gente que pasa de todos estos temas, que dicen que el hambre está y que es algo que tiene que pasar. Lo ven como una tragedia griega. El premio Nobel Amartya Sen dice que la mayor desgracia de los países desarrollados es que la gente pasa de los problemas graves de la humanidad.

—¿Y ese necio desperdicio de comida?

—Si en el año 2050 va a haber 2.000 millones de personas más en el mundo, hay que producir un 50% más de alimentos. Pero que se tire ahora la tercera parte es una animalada porque se está forzando la emisión de gases de efecto invernadero y el cambio climático. Es buena la iniciativa del Gobierno de Aragón, que en los últimos años ha conseguido reducir un 11% el despedicio alimentario. Es una buena noticia para Aragón y para la FAO. He tomado nota y lo voy a transmitir a Roma porque eso es lo que hace falta en todo el mundo.