Es una de las gestoras de enLATAmus, un proyecto cultural muy singular radicado en la localidad zaragozana de Remolinos y que gira en torno a una lata como contenedor cultural. El proyecto está a punto de cumplir 10 años.

—¿enLATAmus es una lata o un museo?

—(Risas). Las dos cosas en realidad porque es un museo en una lata. Es un juego de palabras, algo que es muy típico del proyecto. Jugamos con el concepto de lata y el contenedor que hemos reconvertido es una lata gigante y dentro de ella pues pasan muchas cosas.

—¿Cómo surge la idea?

—Surge de David Jiménez que es digamos un agitador cultural porque no le gusta la palabra terrorista cultural. Él vive en Remolinos y cuenta que en un viaje a Portugal tuvo una especie de revelación. Había tormenta y se refugiaron en un sitio y resultó ser un bar contenedor donde ponían jazz. Vio que el espacio era la mínima infraestructura para poder hacer actos culturales y pensó en poder aportar a su pueblo, Remolinos, un espacio para hacer cosas.

—¿Qué ha supuesto para la localidad enLATAmus?

—Como en todos los sitios, hay gente que no vendrá nunca y otra que lleva con orgullo el contenedor de su pueblo, es cierto que en el tiempo que llevamos abiertos hemos conseguido atraer a gente que de otra manera no hubieran venido nunca a Remolinos.

—Y es también una manera activa de luchar contra la despoblación.

—¡Por supuesto! Todo surge con la idea de hacer un pequeño Guggenheim como polo de atracción pero la idea era hacer una red de pequeños museos independientes en la comarca... Al final, nos hemos quedado en el primero, era muy difícil exportar la idea.

—¿Cuántos intervienen en la gestión?

—Fluctuamos porque hay gente que va y viene, que vive fuera... Pero somos unos cinco o seis, cada uno hace lo que puede.

—Cumplen 10 años el año que viene, ¿cuántas exposiciones han organizado hasta ahora?

—Calculando que hacemos unas cuatro al año, habremos hecho unas 40 exposiciones pero no solo hacemos muestras, siempre intentamos que haya una actividad cultural extra, conciertos, teatro... que siempre haya movimiento.

—¿Reciben alguna ayuda económica?

—Tenemos una pequeña ayuda de la comarca, el ayuntamiento aporta la luz y materiales y también tenemos una pequeña ayuda de una empresa de la comarca.

—¿Tienen relación con la comarca?

—Había gente en la comarca que hacía cosas creativas pero no existía un sitio donde coincidir y enLATAmus lo hemos convertido en un centro de reunión.

—¿Se han interesado por el modelo otras localidades?

-Sí, pero es cierto que a la hora de la verdad no es tan fácil. Tiene que haber alguien allí para abrirlo, gestionarlo y que conozca el entorno. No tiene sentido que sea un pegote, lo tiene que llevar alguien que conozca el entorno y lo entienda.

—¿Con ganas de 10 años más?

—Básicamente esto lo hacemos porque nos gusta a nosotros y todo lo que hemos vivido en la lata es una maravilla.