Tras 18 años como vocalista y guitarrista del grupo Insolenzia, con seis discos y más de 300 conciertos, publica un disco en solitario, ‘Quiero ser agua’, que presentará el próximo jueves, 13, en la Fnac Plaza España.

—¿Por qué inicia este vuelo sola?

—Fue una idea que surgió un poco sin querer. Estábamos haciendo conciertos acústicos por ahí y yo en casa tenía algunas ideas de canciones y dijimos, ‘¿y si grabamos un par de canciones así en rollo acústico?’. Al final hice siete canciones, la cosa creció y de ser solo acústico, se nos fue ocurriendo que estaría bien meter algo de percusión, un piano en alguna, y poco a poco la bola fue creciendo y ya me lancé a la piscina de cabeza porque ya no había marcha atrás. Fue poco a poco aunque en realidad el periodo de tiempo ha sido muy breve, porque empecé a componer en abril y en verano ya estaba grabando.

—¿Tenía claro el sonido que quería?

—Yo solo toco la guitarra, no toco la batería ni el piano por lo que mis posibilidades eran las que eran. Yo tenía unas ideas, hablaba con el productor, se las transmitía y él también supo leer muy bien mis composiciones. Él fue el que se encargó de reclutar a los músicos y no pudo tener mejor ojo. Hicimos buenas migas y encontramos el sonido que yo estaba buscando.

—¿Cuál era ese sonido?

—Llevaba en mi cabeza un rock más tranquilo que el que veníamos haciendo con Insolenzia. Todos supieron ver el cuerpo de las canciones que les presenté únicamente con la guitarra acústica y las fueron vistiendo muy bien.

—¿Por qué ‘Quiero ser agua’?

—El agua es un elemento que me da mucha tranquilidad y calma y es algo que me planteé como hilo conductor del disco. Estaba un periodo emocional en mi vida que necesitaba ese momento de paz y encontrarme conmigo misma, creo que el trabajar yo sola un poco inconscientemente me llevaba a ese sentimiento. Yo estaba acostumbrada a trabajar mucho en equipo y al estar yo sola, ese fluir distinto me llevó al agua.

—Sus letras son claramente de temática social.

—Este disco tiene mucho rollo social, es algo que siempre me ha gustado, toda la vida he intentado llevar todo a ese terreno. También hay una canción de amor pero creo que había que reflejar la lucha por la igualdad de la mujer, también ese estado social que nos está comiendo, adormilando, que nos hace ser una masa conforme y hay que decir que somos individuos, juntos hacemos un todo pero primero somos individuos particulares y únicos.

—Es triste que estemos así pero el simple hecho de que saque este disco ya parece una reivindicación feminista.

—Puede ser… no soy la primera ni la única y aunque en el mundo del rock se ve como algo novedoso, en realidad no es así. Es verdad que sigue llamando la atención y quizá ahí deberíamos poner el foco y decir ‘¿por qué nos llama la atención que una mujer componga su disco, letra y música?’.

—¿Hasta dónde aspira a llegar con este disco?

—Hasta donde me lleve… Soñar es gratis. Este disco es más abierto que los que hacemos en Insolenzia, tiene calidad para llegar a sonar en cualquier radio y sitio.