Con su cortometraje ‘Os meninos do rio’ consiguió estar nominado a los Goya y ganó más de 100 premios en todo el mundo. Ahora acaba de rodar el corto ‘Gastos incluidos’ y hoy estrena la obra de teatro ‘Gala contra Gala’.

—¿Qué es Gastos incluidos, un trabajo protagonizado por Ramón Barea?

—Es un corto que muestra un presente distópico al que ya hemos llegado, una España en la que una inmobiliaria ofrece pisos individuales pero de uso compartido, son para una sola persona pero viven dos. ¿De qué manera se hace? Firman una cláusula que les impide la interactuación entre ellos vendiéndoles que si sintonizan su mente cada uno en una dimensión diferente es como si vivieran solos.

—Un problema más vigente que nunca.

—Sí, sí, todo esto surge del problema de la burbuja del alquiler y los pisos turísticos. Es casi imposible vivir en el centro de las ciudades como Madrid y Barcelona para los jóvenes porque en los últimos tres años ha subido un 30% el precio del alquiler. Y un día hablando con el coguionista del corto, David Manjón, me contaba que los cástings que te hacen cuando vas a ver un piso ya son más difíciles de pasar que encontrar un trabajo, hemos llegado al punto de una sociedad en la que es más difícil encontrar piso que encontrar trabajo. Teníamos que aportar nuestro grano de arena desde el humor, el corto es un poco surrealista porque la situación es kafkiana pero es nuestra manera de denunciar esto.

—Con Os meninos do rio estuvo nominado a un Goya, ¿podría pasar lo mismo con este corto?

—En este caso no creo que el corto tenga ese recorrido, lo primero por una cuestión material concreta, que es un corto bastante más largo lo que limita el número de festivales. Y es que en aquel caso no sé ni cómo lo hicimos, no lo podríamos repetir. En este caso, surge como denuncia y no sé qué recorrido tendrá. De todas maneras, para nosotros el éxito no es tanto los premios como que llegue al público.

—David Trueba le nombró como uno de los directores españoles con más proyección.

—Aquello fue muy emocionante, no me imaginaba ni que él supiera de mí. Fue una sorpresa y una responsabilidad porque también en aquel momento los directores que nombró no tenían la trayectoria que luego han tenido, Carla Simón… Me crea responsabilidad para ver si puedo estar a su altura.

—Hoy estrena en Córdoba su primera obra de teatro sobre Antonio Gala, ¿cómo ha sido la experiencia?

—Ha sido un encargo de la Fundación Gala, ha sido un proceso muy divertido y he aprendido mucho.

—¿Ha notado mucha diferencia con el cine?

—Sobre todo es menos estresante porque lo que pasa en el cine es que como hay tanto dinero en juego y se condensa en tan pocos días, no puedes disfrutar tanto. Aquí hemos estado un mes de creación y ensayos, me han permitido trabajar con los actores mucho tiempo, cosa que en el cine no puedes.

—¿Cómo va su segundo largometraje?

—Ahora mismo estamos buscando productor y estamos a punto de cerrarlo pero no puedo decirlo aún para que se no estropee.