Después de toda una vida dedicada a la enseñanza, lo acaban de nombrar consejero del Consejo Escolar del Estado como personalidad de reconocido prestigio. A sus 68 años sigue con muchas ganas de trabajar por la educación.

—¡Vaya cargo!

—Sí. El Consejo Escolar del Estado es el máximo órgano de consulta del ministerio y tiene 107 miembros. Están representados las federaciones de padres, los sindicatos los sindicatos, las patronales de la enseñanza privada… y doce personalidades de reconocido prestigio, que así se llaman. Y entre ellas estoy yo.

—¿Cómo lo eligieron?

—Me avisaron de que me iban a nombrar por una orden de la ministra. No sé nada más. Imagino que será por mi larga trayectoria en el mundo de la educación.

—Es para sentirse orgulloso.

—Lo interpreto como el reconocimiento a una trayectoria, no solo personal sino a una generación que llevamos muchísimos años trabajando por el bien de la educación y que seguimos con la misma ilusión que el primer día. Incluso jubilado la sigo manteniendo.

—¿Había habido antes un aragonés de reconocido prestigio en este consejo?

—No lo sé. Creo que no.

—¿Qué se puede hacer desde Aragón?

—Muchas medidas que se toman en Madrid se toman casi exclusivamente para Madrid, con esa visión centralista. Viene bien ampliarla y creo que puedo ayudar. Yo empecé de maestro rural y llegué a director general de enseñanza superior.

—¿Qué cree que aportará?

—Una experiencia de muchísimos años, de estar siempre en primera línea y un conocimiento del sistema, desde lo que es un pupitre hasta lo que es un despacho.

—¿Cuál es el mayor problema?

—La desconexión entre la educación y el mundo real. Los cambios de la sociedad no están reflejados en la escuela. Se siguen haciendo currículos escolares con algunas cosas que no valen. Eso hay que cambiarlo porque se estudian muchísimas cosas que no valen para casi nada. Y no es que no valgan para la vida, es que no valen ni para la proyección del chaval.

—¿Por ejemplo?

—¿Tiene sentido que un chaval estudie los lexemas a los 8 o 9 años cuando aún creen en los Reyes Magos? ¿Tiene sentido que le hablen de la prehistoria cuando aún no conocen los números enteros? Hay una desconexión. Estamos cargando los programas, ponemos más asignaturas pero no quitamos otras que ya no valen, o se han sustituido los reyes godos por otros conocimientos que son igual de inútiles.

—¿La educación lleva otra velocidad?

—Hay un estudio que dice que si alguien volviese a la vida después de 50 o 60 años muerto, se encontraría con un mundo desconocido en el que solo tendría dos nichos sociológicos: las iglesias y las escuelas. Han cambiado, sí, pero más por fuera que por dentro, Han sustituido la pizarra por el ordenador, pero no hay una enseñanza activa, no hay interacción.

—¿Hay soluciones o solo sueños?

—Algo intermedio. Se podría llegar a un acuerdo educativo y social sobre los cuatro o cinco temas importantes de la educación en este país. No ha habido tantas leyes, ni tantas diferencias entre ellas siendo peores o mejores. No debería ser tan difícil conseguirlo.