Novelista zaragozano, autor de obras como ‘La frontera dormida’. Desde hace unos años también se ha lanzado al mundo audiovisual con muy buenos resultados. En la actualidad está trabajando en su tesis doctoral en la que defiende el storytelling.

Tras desarrollar durante la mayor parte de su vida su faceta artística, ¿por qué ha decidido ahora pasar de la práctica a la teoría?

La práctica creo que es esencial, siempre la he defendido, pero a la teoría que yo apoyo, es decir, al uso del storytelling, le falta fundamentación teórica. Su práctica es muy antigua en la historia de la humanidad: si hemos querido conocer países es porque hemos leído sobre ellos o porque los hemos visto en películas, pero su aplicación en marketing, publicidad o educación es nueva y necesita un corpus teórico.

¿Qué es el storytelling?

Es un término inglés. Se trata de un método de comunicación, de persuasión, que no es lo mismo que manipulación, basado en utilizar historias que emocionen al público para convencerle de una propuesta o para hacerles entender algo. Para persuadir tienes que conocer y ponerte en el lugar de quien te diriges, porque una persona que no es empática no convence, manipula.

En su tesis doctoral estudia la aplicación del storytelling

Sí, y considero que no solo a los profesores de universidad les vendría bien aprender sobre este método. Cualquier estudiante de Derecho, Magisterio, Publicidad o Periodismo tendrá que ser contador de sus historias. Hay quien nace con gracia innata, pero todo es mejorable. Con un sustento teórico puedes crear una herramienta, de forma que quien vaya a hablar sepa practicar el storytelling. Se trata de algo muy obvio, pero lo que yo busco con mi tesis doctoral es aportar la evidencia científica a lo que ya se sabe. También quiero demostrar que este método, el arte de contar historias, no resta seriedad a quien lo practica.

¿De qué manera consigue que su teoría pueda fundamentarse en una base científica?

Lo que estamos haciendo es utilizar la neurociencia. Gracias a la doctora María López y Bitbrain puedo contar con una tecnología que contiene un biosensor para medir el arousal, es decir, la activación fisiológica inconsciente, y recojo en un programa cuál es la reacción emocional del sujeto participante. Mientras tanto, proyecto dos vídeos didácticos validados por el doctor Alberto Schumacher y la doctora Elisa Abás, uno de ellos explicando una lección de forma básica y directa y otra a través del storytelling. Después relaciono las emociones que hemos capturado con los resultados de un pequeño cuestionario.

¿Cuándo cree que tendrá listos los resultados de su tesis?

En estos momentos estamos en la base experimental, tanto yo como los directores de mi tesis, la doctora Alejandra Cortés y el doctor Sánchez Orejudo, esperamos terminarla antes de que acabe el año.

¿Podría dar algunas claves para profesores o alumnos que deseen mejorar su forma de comunicar?

Podríamos decir que el storytelling es una combinación de arte y técnica: hay una parte intuitiva fundamental, pero también es muy importante la habilidad. Entonces, para poder convencer tenemos que buscar que no sólo nos compren la idea, sino, como explica en su libro Guy Kawasaki, tenemos que ir más allá y conseguir que prediquen con ella.