El reputado ingeniero electrónico venezolano pasó esta semana por el Patio de la Infanta para participar en la jornada de Ibercaja Cuando los coches conduzcan solos. Y sí, habló de Kitt, El coche fantástico.

—¿Veremos coches conduciendo solos?

—Sí. No ahora. Hay estimaciones que apuntan a 2030 o 2040. Yo, que soy muy optimista, apunto a 30 años vista.

—¿En tres décadas ya irán todos solos?

—No. Habrá una transición larga entre vehículos semiautomatizados, conectados y completamente automatizados. Será como lo que pasó con las carretas y los primeros coches y esa convivencia que hubo hasta que dejamos de ver carretas.

—¿No estamos preparados aún?

—Tecnológicamente no, hay que ser sinceros. Hay muy buenos experimentos y primeros productos comerciales, pero estamos en un nivel 2 o 3. Eso aumentará cuando los sistemas sean más robustos y abaraten costos. Aún son muy caros.

—¿Cuánto valdrá un coche totalmente automatizado?

—Del propotipo de Uber que tuvo el accidente en Arizona el año pasado, por ejemplo, solo el sensor lidar que lleva vale 60.000 dólares. A eso hay que añadirle lo que vale el coche, además de cámaras, radares, ordenadores… Easy Mile vende una especie de cibercars, prototipos de nivel 4, que van sin conductor. No tienen volante ni pedales y caben entre 6 y 10 personas, pero van a 15 km/h y cuestan entre 250.000 y 300.000 dólares.

—¿Utilizan un sistema complejo?

—Un avión comercial necesita alrededor de 7 millones de líneas de códigos. Para un vehículo necesitarás 100 millones de líneas porque todas las casuísticas a considerar son mucho más complejas. Algunas están en la vía, otros son peatones, bicicletas, el niño con la pelota…

—¿Cuáles son las ventajas?

—La principal es la seguridad, pero también la eficacia. Puedes considerar rutas, pendientes, cuestas... Pasaríamos de tener el coche parado 23 horas al día a que se moviera constantemente, con lo que se reducirían las plazas de aparcamiento.

—¿Siempre necesitará un conductor?

—En el nivel 5 no. Para hacerse una idea, el nivel 5 más claro es El coche fantástico.

—¿Se hará realidad todo lo que vimos en aquella serie de los años 80?

—La parte en la que el coche te ayuda psicológicamente no creo que suceda (risas), pero sí se ocupará de la tarea cotidiana de ir de un punto A a un punto B.

—¿Le preocupa Venezuela?

—Me fui hace ya 11 años y ahora hay una sensación de esperanza. Hay una transición que es una realidad, pero el problema es muy complejo. Es un problema que trasciende, es mundial, de narcotráfico, de asesinos, de ELN, de FARC…

—¿Ve la solución cercana?

—No. Queda mucho. No será fácil sacarlos del poder, son 20 años de un control absoluto. El poder judicial, la cúpula militar… Un ejemplo: Estados Unidos tiene 700 generales y Venezuela, un país que hace 150 años que no entra en guerra, 2.000. Algo malo pasa cuando te da miedo salir a la calle después de las seis de la tarde. En España yo no miro atrás y allí es lo primero que hacemos. Y a partir de esa hora, además, nos saltamos los semáforos por temor a estar parados.