Bilbilitano de nacimiento y zaragozano de adopción, preside la Asociación Legado Expo. Como cierre de los diez años de la muestra, acaban de abrir en su web una base de datos para recuperar su memoria. Pero quieren mucho más.

-Acaban de abrir un archivo documental de lo que fue Expo Zaragoza.

-Son unos 75 gigas de información e imágenes de lo que fue la Expo. Hemos ordenado el archivo y lo hemos subido a nuestra web, porque hasta ahora no había nada. Pero esa información se puede y se debe ampliar. Existe un gestor documental de todo lo que pasó en la Expo con varios teras de capacidad al que hemos pedido acceso, aunque siempre se nos ha denegado. Creemos que esta documentación, que es pública, debe estar abierta y a disposición de todos para mantener el legado de la Expo.

-Hacer público este archivo fue la forma de su asociación de cerrar el décimo aniversario de la muestra.

-Sí, aunque nosotros queríamos haber hecho más. En diciembre del 2017 ya dijimos que había un aniversario. Quisimos hacer una exposición en la Torre del Agua, pero no se pudo llevar a cabo. Así que hicimos una en el Acuario, con nuestros medios. Solicitamos un espacio en Ranillas para trabajar en el legado, gratuitamente. La respuesta fue no. Esta ciudad ha dejado morir la Expo y su legado. Ahora se están haciendo cosas maravillosas, como el proyecto Mobility City o Ebro 2030, pero esto tenía que haber ocurrido hace diez años.

-Habla usted de mantener vivos, no solo la memoria, sino también el legado intelectual de la Expo.

-La Tribuna del Agua fue el mayor acontecimiento sobre el agua y el desarrollo sostenible. Hubo tanta información en 92 días que resultó inabarcable. Y esa información no es que siga vigente, es que hoy tiene aún mayor vigencia, porque se adelantó a su tiempo. Todo ese legado, la Carta de Zaragoza, se encuentra en el Centro del Agua y del Medio Ambiente, pero queremos hacer un enlace para que, quien quiera, pueda tener acceso a lo recogido en la caja azul.

-En su balance de la postExpo, también hablan de cosas positivas.

-El resumen final es positivo. Ahí está el plan de acompañamiento de la muestra, los puentes, los cinturones de circunvalación... El Parque del Agua está a pleno rendimiento. La ocupación de Expo Empresarial ronda el 75% diez años después y Sevilla tardó 25 en lograr una cifra similar. Lo que pasa es que los edificios que fueron emblema de la muestra fueron también los grandes fiascos.

-¿Cómo nació su asociación?

-Somos más de 750 socios de los ciento y pico países que estuvieron en la Expo, que sentimos una pasión por la ciudad. Muchos empezamos a movernos individualmente, pero hay un hecho que nos unió, que fue la retirada de Splash, en diciembre del 2009. Ahí saltó la chispa que generó una asamblea y, posteriormente, el nacimiento de la asociación.

-¿Y usted lleva batallando como presidente desde el principio?

-¡Y por una promesa! Mi hijo vivió la Expo de pequeño. Después, paseábamos por allí, porque vivíamos cerca. Y él se enfadaba porque veía cómo todo se deterioraba. Le prometí que iba a volver a poner todo eso bonito. Por su culpa empecé a escribir en un blog, que fue el inicio de todo. Así que aquí seguiremos.