Julia Jiménez es la directora del Centro Universitario de Lenguas Modernas (CULM) de la Universidad de Zaragoza, que cumple este año su centenario atendiendo a unos 3.500 alumnos en 10 lenguas y con 55 profesores

-¿Fue el catedrático Domingo Miral un visionario al impartir en 1918 la primera clase de lengua alemana? Porque aquello significó el germen del CULM.

-Sí, porque entendió la necesidad que tenían los universitarios. Por aquel entonces había mucha bibliografía escrita en alemán y tenían que saber ese idioma para completar la formación en Ciencias y Humanidades. Pero hoy, los idiomas también son un ejercicio de tolerancia y comunicación. Conocer de primera mano y sin intermediarios las culturas que hay detrás ayuda a abrir la mente, a tener una perspectiva diferente y romper clichés. Aprender idiomas te cambia la visión del mundo.

-Cuál es el perfil del estudiante del CULM, qué idiomas busca y para qué.

-Cada idioma tiene un perfil diferente. Más de la mitad de los alumnos son de inglés, que buscan sobre todo una certificación oficial para obtener un grado o acceder a másters. Pero también está el egresado, que lo estudia porque profesionalmente le es interesante o porque no lo ha estudiado nunca. El francés es la sección más sólida y creo que es por la proximidad con Francia. Son unos 350 a 400 los alumnos, con dos perfiles: jóvenes que lo estudiaron como segunda lengua en los institutos o próximos a la jubilación que quieren retomarlo. Y en tercer lugar están los de alemán, que vienen más por las posibilidades económicas y de trabajo. Con la crisis llegamos a tener casi mil alumnos. Pero ahora los estamos perdiendo. Es un idioma muy condicionado por factores externos.

-¿Y el resto hasta diez?

-Está el italiano, con unos 150 alumnos también de dos perfiles, quienes quieren irse de Erasmus, porque Italia es el destino preferido de los universitarios de Zaragoza, y otros de más edad que lo estudian al ser un idioma agradecido para poder comunicarte enseguida. En japonés hay unos 150 alumnos. Al estudiante de japonés le encanta la cultura del país, el Manga, las artes marciales, etc. Y después está el árabe, con unos 100 alumnos que quieren introducirse en dicha cultura porque les apasiona. Hay enfermeras, médicos, trabajadores sociales y fuerzas de seguridad a quienes les gusta y para quienes también es importante para su trabajo. Este año, curiosamente, se han inscrito casi 20 alumnos en primero de ruso. Está el portugués, el chino y el griego moderno, que es on line, y tiene 20 alumnos de todo el mundo.

-En Zaragoza hay mucha competencia en la oferta. ¿Por qué elegir el CULM?

-Ofrecemos enseñanzas anuales y oficiales con una buena relación calidad-precio y con grupos que no son numerosos en un ámbito universitario que, por ejemplo, ofrece intercambios tándem con otras universidades extranjeras. También hay grupos de conversación, específicos e intensivos de verano. Enseñamos el idioma de una manera instrumental y activa, primando la participación activa del alumno.

-¿Cuál es el mejor método para aprender un idioma nuevo?

-Cada uno tiene su método, pero el mejor es la motivación. Y el siguiente, estar en contacto con el idioma e ir al país. Todos podemos aprender idiomas.