Es el presidente de la Asociación Musical Entrambasaguas de San Martín de la Virgen del Moncayo, una localidad con larga tradición musical que cuenta con la banda más antigua de Aragón, activa desde 1853.

—¿Por qué nace la asociación Entrambasaguas?

—Hay que tener en cuenta la importancia que tiene la música en el pueblo. Cuenta con la banda de música más antigua de Aragón ininterrumpidamente, lleva desde el año 1853 sin parar de tocar. Eso hace que en todas las familias del pueblo haya muchos músicos y hace que San Martín de Moncayo no se entienda sin la música. En ese contexto fue cuando varios músicos de la banda nos propusimos crear la asociación porque la única música que había en el pueblo era la de la banda y la que hay en fiestas y así poder ofertar nuevas propuestas culturales musicales en el pueblo. Queríamos dinamizar la vida cultural y ofrecer actividades específicas para músicos, talleres, formaciones…

—¿Se sabe de dónde viene la tradición musical de San Martín?

—La conclusión a la que se llega siempre es que es una cosa familiar. Hubo unos años muy difíciles en los que la banda se quedó con 8 o 10 miembros pero estos músicos lucharon mucho para que no desapareciese y después de la guerra todo volvió otra vez a crecer y la conclusión que se saca siempre es que es una familia, cuando eres niño te apuntan a nuestra escueleta de música, entonces todo el mundo se apunta a la banda.

—Se han atrevido con un festival, el Moncayo Music Fest, en un entorno rural y en diciembre.

—Hay que ser muy inconsciente (risas). El primer año lo concebimos como unas jornadas musicales inclusivas con cabida para todas las familias y estilos y poco a poco fue creciendo. Le cambiamos el nombre a festival para que tuviese más repercusión pero el germen sigue siendo el mismo, preparar unos días de convivencia en el que tratamos de traer los mejores artistas que podamos en torno a nuestro presupuesto.

—Además cuentan con un proyecto muy bonito, que es recordar las andadas de sus antepasados músicos. Cuénteme.

—Antiguamente los músicos de la banda cuando tenían actuaciones fuera del pueblo iban andando y cuando llegaban les recibían como artistas y superhéroes prácticamente, Hicimos un libro hace tres años, Con la música a otra parte, recopilando estas anécdotas y estas hazañas. Y surgió la iniciativa de por qué no rememorar aquellos y a pueblos que iban tocando nosotros organizamos una andada popular en la que ya hemos ido a Veratón, Añón... Es una manera de pasar el día y ponerse en el papel de esas personas. Todos los de la banda somos familia entre nosotros o tenemos muchos lazos, entonces muchos de los que participaban en esas hazañas eran nuestros bisabuelos, abuelos o tíos y es una parte entrañable de ver lo que les tenía que gustar la música para dejar sus trabajos y marchar con sus instrumentos.

—¿En qué piensan para el futuro?

—En consolidar todo lo que tenemos. El buque insignia es el festival pero tenemos un coro con niños desde hace tres años, en los veranos ofertamos una ludoteca musical a partir de los 10 años para tener una alternativa de ocio y hemos hecho un concurso musical que esperamos realizar todos los años.