Hace casi quince años entró en contacto con este rasgo. El de las ‘Personas Altamente Sensibles’ (La esfera de los libros), con el que se identificó. Ahora ha transmitido toda su experiencia en un libro. Mucho más que una guía.

—Lleva más de 12 años en contacto con este asunto. Ahora el tema se ha puesto de moda. Pero debemos ser didácticos. Pocos saben qué es un PAS...

—Pues es terrible, porque es un rasgo que afecta a entre el 20% y el 25% de la humanidad. Son Personas Altamente Sensibles (PAS). Tienen un sistema multisensorial diferente. Registramos otras cosas bajo las mismas circunstancias.

-Tal y como lo cuenta, me suena a «supersentimientos». Pero no sé si me habla de un don o un problema.

--Yo tengo mucho cuidado con eso. Ser PAS es un rasgo: podemos ser grandes consejeros espirituales pero también ver peligro donde no lo hay.

-Y, ¿cómo se les distingue?

-Hay cuatro pilares. No hay un PAS que tenga una de estas características. Se les distingue por su manera de procesar la información y por los estados de sobre estimulación, que suelen provocar dar mil vueltas a un asunto; y por la empatía. Pero también por una fuerte emocionalidad, preferiblemente para bien. Yo me puedo emocionar viendo una rosa, con un poema... Asimismo, el PAS presenta una sensibilidad sensorial de cara a las cosas muy pequeñas y es capaz de detectar si falta un detalle, un botón, si alguien ha sufrido un mínimo cambio.

--En cualquier caso, se trata de un fenómeno que hay que saber encarar.

-Lo importante para mí es que la gente escuche esto. Este rasgo se ha visto muchas veces como timidez o introversión, algo absurdo porque hay PAS extrovertidos. Pero para otros, el mundo es un lugar de sobreestimulación. Somos como esponjas. Y esto se nota ante cualquier estímulo. Y es importante que sepan que no están locos. Más en una sociedad como la española, que es aún machista. Así, en esta educación, a los niños PAS, por ejemplo, se le califica como hipersensibles y no se le permite desarrollarse con todo su potencial.

--Hasta hay animales PAS...

-Este rasgo, se da en más de cien especies animales. Por ejemplo, en los macacos. Pero también en percas, moscas de la fruta... Son estudios apasionantes.

-Entonces, es una cuestión fisiológica, que tiene que ver con las neuronas espejo, responsables de la sociabilidad.

--No es una cuestión de empatía únicamente. Pero sí es algo demostrado científicamente, en el sentido de que las investigaciones han probado que el funcionamiento del cerebro en un PAS es diferente en resonancias magnéticas. Su mapa cerebral ante una emoción es distinto. Las reacciones, más intensas. Y, sobre todo, ante estímulos positivos.

--Su libro, ¿parte de lo personal?

--Yo lo descubrí con 52 años. Llevaba toda una vida preguntándome. Era traductora y no sabía por qué hacía ese trabajo de ermitaño. Pasé por un proceso de coaching. Me fui a Estados Unidos y ahora creo que debemos empoderarnos. Asumir nuestra responsabilidad. Para mí, no es casualidad que este rasgo se descubriera a final del siglo pasado. Cuando los desastres del mundo se aceleraron. Es parte de mi filosofía personal. Debemos volcar nuestra sensibilidad.