Artista digital, ha construido su instalación ‘El pasajero’, que se puede visitar en el Centro de Arte y Tecnología de Etopia hasta el próximo 27 de abril. Un dispositivo audiovisual que sumerge al espectador en un estado de realidad alterada.

—¿Cuál es el objetivo de esta instalación?

—Posiciono más este trabajo en el campo de la escultura en cuanto a que es una pieza que aunque tiene elementos audiovisuales no tiene una narración audiovisual al uso, no pretende contar una historia, lo que hace es experimentar con las propias plasticidades que puede generar el sistema.

—¿Qué se pretende contar?

—Este sistema es un diseño electrónico específico que genera a través de 400 lámparas de gas diferentes comportamientos de luz que están todo el rato relacionados con las formas audiovisuales que se están mostrando detrás. Las formas audiovisuales que se muestran detrás son estados distintos de la materia, un océano negro, rocas que flotan, levitan, giran lentamente y entre estos elementos hay estados de tránsito que se visualizan a través del propio dispositivo electrónico, de la máquina y de estas lámparas que están generando en tiempo real. El discurso es por lo tanto muy plástico y muy metafísico. Pretende llevar la mirada hacia esa oscuridad, ese abismo de ese océano tan negro, de esos elementos tan primigenios, el agua, la materia como estado sólido y la energía como elemento de tránsito.

—¿Cómo funciona?

—La instalación no es un sistema lineal en cuanto a que no tiene un primer fotograma y un último, es un ordenador que organiza todos los elementos en tiempo real, incluido el sonido. Cada vez que van surgiendo elementos se van cargando diferentes pistas que se fusionan con otros elementos gráficos que se generan en tiempo real. Todo le da a la pieza un carácter inmersivo.

—¿Cómo se relaciona el arte con lo digital?

—La cuestión tecnológica en el arte ha estado presente siempre. Al principio, utilizaban las técnicas que tenían alrededor y a través de ellas desarrollaban sus formas, a medida que las herramientas han ido creciendo se han ido generando diferentes formas. El arte genera lo que la tecnología posibilita en cada momento. Todas las herramientas que antes eran propias de la industria de alguna manera se han ido democratizando y han ido entrando en la paleta de posibilidades de la creación artística.

—¿Siempre ha estado vinculado a este arte?

—En mi caso, he hecho estudios de electrónica para poder diseñar mis propios sistemas porque si no, lo que estás es condicionado a trabajar con soportes estandarizados de la industria y creo que el arte tiene mucho que decir en cuanto a qué podemos hacer con las tecnologías que tenemos hoy más allá de las formas estandarizadas que nos ofrece la industria. Al margen de las formas más cinematográficas, incluso los videojuegos o trabajar con un proyector, podemos crear nuestros propios soportes.

—¿Qué supone para usted que exista un sitio como Etopia en Zaragoza?

—En Etopia, a día de hoy, tenemos más capacidad de crear y desarrollar este tipo de proyectos que en otros núcleos que parecen culturalmente más potentes.