La democracia centra la segunda sesión del taller de Filosofía para niños de 7 a 12 años que, el sábado 23, organiza esta licenciada en Filosofía en La Pantera Rossa y que continúa en diciembre sobre la Navidad. La inscripción cuesta 10 €.

—¿Qué es ‘pequesofía’?

—Un taller que proporciona un espacio y una temática para que los niños desplieguen por ellos mismos su sabiduría, porque realmente hay una intuición que todos tenemos sobre las experiencias que vivimos y que muchas veces se ven aplastadas por opiniones ya impuestas o valores que no se cuestionan. En el caso de los niños, ellos se van planteando que a lo mejor eso que habían dado por supuesto puede ser revisable.

—¿Es el primer taller que organizan?

—Sí. Hemos planteado tres sesiones para niños y niñas de 7 a 12 años, pero organizaremos más por la aceptación que han tenido. Estamos muy contentos. Queríamos hacer algo para que los niños estuvieran a gusto, que no pensaran que era un lugar aburrido adonde les llevaban sus padres. Y el resultado ha sido que quieren repetir.

—¿Este tipo de filosofía es nueva?

—La Filosofía para niños existe desde hace mucho tiempo. La Sociedad Aragonesa de Filosofía tiene sus actividades y también hay un Centro de Filosofía para Niños español y otro internacional. La diferencia es que hemos querido sacarla de las aulas y mostrarla como algo transversal en su vida.

—¿Qué temas han elegido?

—El primer taller fue en octubre sobre la normalidad. Lo titulamos La nave de los monstruos. Diversidad y normalidad son dos caras de una misma situación. El siguiente será el sábado 23 sobre la democracia, bajo el título ¿Quién manda? Y el sábado 21 de diciembre, ¿Pensamos la Navidad?

—¿Cómo van a trabajar la democracia?

—En todos los temas partimos siempre de un material visual o audiovisual. Y planteamos también un juego de roles. A cada uno le toca un personaje que lo saca de la bolsa de la vida. Nos caracterizamos y tenemos que resolver una situación similar a la que se ha planteado en el material original. Ellos llegan a un consenso. Y después cambian de personaje, porque la empatía es un valor fundamental para poder pensar fuera de lo que es tu propia vivencia.

—¿A quién va dirigido?

—A todo tipo de niños y niñas. Lo hemos llamado Filosofía con peques porque no queremos que sea algo para ellos, sino que entre todos aprendamos. Dejamos muy claro que las opiniones no serán reprendidas, sino que se hablará de por qué tu argumento no me convence. En el primer taller lo hicieron genial.

—¿Por qué deben aprender Filosofía?

—Yo creo que los niños ya saben hacer filosofía. Una cosa es la historia de la filosofía, sobre la que en nuestro taller dejamos caer algún dato, y otra el ejercicio de la Filosofía, y los niños saben hacerlo incluso mejor que los adultos.

—¿Cuál es ese ejercicio?

—Plantearse que cualquier verdad puede ser revisable e intentar entender cómo se ha construido como verdad. A los niños les cuesta crear una opinión propia. Creo que hay que dejar que recojan otras opiniones aparte de la de los padres para que construyan la suya propia.