Autora del libro ‘Mencar, mi ángel’, que se estrena mañana (día previo a San Antón, a las 19.00, en el Centro Ibercaja Actur) como cortometraje y en el que se reivindica la importancia de los animales en la vida de las personas enfermas.

-Lo primero, ¿quién es Mencar, su ángel y protagonista del cortometraje?

-Era mi perro. Llevaba diez u once años conmigo cuando cruzó el puente del arcoíris.

-¿Y qué tenía de especial?

-Yo nunca me he encontrado bien de salud y con 39 años (tiene 45) me detectaron una diabetes tipo 1. Yo veía que Mencar hacía cosas raras en determinados momentos... hasta que me di cuenta una Nochebuena, que me ingresaron casi en coma en el hospital, de que su comportamiento coincidía con las subidas y bajadas de azúcar. Y luego estuve mirando por internet porque yo desconocía que había perros que avisan de determinadas enfermedades. Pensamos que le enseñó un perrito que se llamaba Viernes y que había sido abandonado.

-¿Cómo le avisaba de esas subidas o bajadas de azúcar?

-Cuando era una bajada ella se ponía muy nerviosa y me daba muchos besos, pero no el beso típico de jugar, sino uno con mucha ansiedad, como si me diera de beber agua. Y cuando subía el azúcar, ella cuando era jovencica y podía me trepaba hasta la cabeza y si no, se ponía muy nerviosa y se ponía a llorar. Y Néscar (su actual perrita) está aprendiendo más o menos a lo mismo, pero esta me tira del pelo por las noches.

-El objetivo del libro (la primera edición está agotada) y del cortometraje es concienciar.

-Claro. Se puede superar cualquier tipo de enfermedad y si están al lado nuestros mejores amigos, que en este caso son ángeles para nosotros, los perritos, pues mejor porque ayudan en muchas enfermedades, no solo la diabetes, también detectando casos de cáncer, a los niños con anorexia les ayudan mucho... Realmente, nunca sabes si te puede salvar la vida, por lo que reivindicamos que se les considere perros de alerta médica. Pero también concienciamos sobre el No al abandono, porque la mayoría de los perritos que salen en el corto, que son ocho, han sido abandonados. Sobre todo narramos la historia de Ozzy, que era diabético y hace tres meses que murió, pero le dio tiempo a rodar. Lo abandonaron por eso, por estar enfermo.

-¿Cómo ha sido rodar con perros?

-Mejor que con las personas (risas). Cierto, lo dice la directora. Ha sido una experiencia, muy bonita, pero dura, porque es duro recordar ciertos momentos, sobre todo si son de tu vida.

-Hábleme ahora de las personas.

-Para mí son igual de protagonistas. Está Valentina Alexe, la directora; Pablo Gimeno, un actor que está empezando; Amparo Baró, sobrina de la mítica actriz; Luis Cebrián, que pone el toque de humor donde no lo hay; Mercedes Luengo; Daniel Gimeno o Gonzalo Valdivia y Carlos Fenollosa, que ponen la banda sonora, titulada Naranja, que es el color del No al abandono y al maltrato.

-Qué camino va a tener el corto?

-Queremos que lo vea cuanta más gente mejor. La idea es presentarnos a los premios Simón (premios de la Academia del Cine Aragonés) y a otros festivales, no por el hecho de que nos nominen, sino por concienciar.