Es la directora de Profuturo, el programa de educación digital impulsado por Telefónica y La Caixa. La muestra fotográfica ‘El poder transformador de la e-ducación’ propone en el CaixaForum un viaje por varias escuelas del mundo.

-La muestra fotográfica lleva por título ‘El poder transformador de la e-educación’. ¿La educación digital puede cambiar vidas?

-Sin duda. Ya lo decía Nelson Mandela: ‘La educación es el arma más poderosa que existe para cambiar el mundo’. La educación es la base del progreso socioeconómico de los países y la vía para salir de la pobreza. Hoy, las herramientas que nos pone a disposición la era digital dan todavía más sentido al poder transformador de la educación. La tecnología permite contribuir a resolver la urgencia educativa de los entornos más vulnerables porque rompe con las barreras geográficas, permitiendo llegar más lejos, a más personas y en menos tiempo. En Profuturo estamos convencidos de que la educación digital es la herramienta más poderosa para transformar el mundo y ayudar a salir de la pobreza.

-¿La tecnología en el aula se convierte en una ventana al mundo?

-Totalmente. Las tabletas permiten salir de la realidad en la que a uno le toca vivir y asomarse a un universo de posibilidades. Además, son un aliciente añadido para ir a la escuela. La exposición evidencia que a través de la tecnología es posible llevar educación de calidad a los lugares más remotos del planeta, como en Malabón (Filipinas), donde los tifones y las lluvias a veces hacen imposible el camino de casa al colegio.

-¿La tecnología y la educación digital van a suponer un punto de inflexión para muchos niños que no pueden acceder a la enseñanza reglada?

-Sin duda. De hecho, en Profuturo implementamos nuestro programa también en contextos de educación informal, como son los campos o asentamientos de refugiados en Líbano y Malaui. El acceso a la educación y la calidad educativa deben garantizarse incluso en situaciones de crisis humanitaria. Obviamente, la tecnología es solo un medio. Lo realmente importante es que los contenidos educativos a los que les da acceso sean de calidad.

-Muchos niños tienen que ayudar en casa y en algunos países existen atajos y tentaciones para obtener dinero rápido.

-Desafortunadamente es una realidad que no podemos negar, pero en las historias que retratan estas fotografías también vemos la otra cara de la moneda y el esfuerzo que hacen muchos niños y familias para no renunciar a la educación a pesar de tener que ayudar en casa. No hay atajos para salir de la pobreza, el futuro no lo construye el dinero rápido, sino los conocimientos, habilidades y valores que se adquieren en la escuela.

-¿Los países desarrollados están haciendo todo lo posible para llevar la educación a todos los rincones del planeta?

-El acceso a la educación es un derecho universal y todos debemos contribuir a garantizarlo. Los países desarrollados tenemos un papel importante en este ámbito, pero debemos hacerlo de la mano de los países en los que implementamos nuestro programa. El cambio debe venir desde dentro, solo así se puede garantizar el máximo impacto y la perdurabilidad de los efectos en el tiempo. Por eso nosotros trabajamos con instituciones locales y formamos a los docentes.