Aunque este es su apellido real, siempre han sido ella «y su acordeón». Dice que en Zaragoza nació el fenómeno de ‘Los pajaritos’ y aquí ha vuelto ahora para actuar en Pilares con la compañía Luis Pardos y su querida Corita Viamonte, a la batería.

Actúa hasta el 18 en el World Trade Center de Zaragoza, la ciudad donde dice que nació el fenómeno de ‘Los pajaritos’.

Es súper especial, porque hace muchos años que debuté en Zaragoza. Mucho... ¡Casi cuarenta! Venir ha sido un regalazo de Luis Pardos, como lo es que esta canción siga emocionando y se siga bailando.

Me ha sorprendido oírle que esto forma parte de su gira de despedida...

Decidí que aquí empezó todo así que también quería que lo hiciera mi gira de despedida. Lo que no sé es cuánto durará esa despedida... (risas). Actuar es un veneno para mí y en mi pensamiento esta el ir dejándolo. Me lo voy diciendo a mí misma. Son muchos años de trabajo. Hasta este año he estado a actuación diaria en Benidorm. Y eso que, reconozco, que cuando estoy en un escenario nunca me querría ir.

En el World Trade Center interpreta ‘Los pajaritos’, pero también algunas jotas.

El espectáculo es súper chulo. Tiene Luis Pardos un ballet fantástico, está Manolito Royo como estrella… Y yo, súper feliz. Y con Corita hacemos Los Sitios de Zaragoza, la Jota de la Dolores, Sierra de Luna...

Cuando menciona a Corita se refiere a Corita Viamonte, que le acompaña a la batería y que es amiga suya hace muchos años.

Hace 40 años que debuté en Zaragoza y las majorettes de Zaragoza fueron las que bailaron Los pajaritos. Yo venía como figura del Circo Mundial. Mi padre me acompañaba entonces a la batería, pero un día se tuvo que ir a Benidorm. Y entonces me acompañó Corita. ¡Si es un todoterreno! .

¿Cómo vivió ese momento, el nacimiento del fenómeno de esa canción?

Ya había actuado en Galicia pero en Zaragoza fue la primera ciudad en la que viví este éxito. Venían 3.000 personas a cada función. Aquí actuaba con el Circo Mundial y, por las noches, me recogían en una avioneta y me llevaban a hacer las galas. Fue una locura, pero una locura muy bonita.

Estos días, ha hablado mucho del productor que le ha traído aquí, Luis Pardos.

¡Es que hay que tener ganas para hacer lo que ha hecho! Todos los años ha traído la revista a Zaragoza en las fiestas del Pilar y sentía que tenía que estar ahí aunque perdiera dinero. Ojalá no sea así, pero tiene mucho valor… Y me gustaría que la gente supiera valorar el trabajo de productores como él. No hay que tener miedo. La cultura está ahí, con nosotros. Hay unas medidas de seguridad tremendas. Hay artistas que llevamos desde marzo sin trabajar, que tienen familias, alquileres e hijos a los que alimentar. Hablo en nombre de todos, porque yo estoy en la recta final y lo que tenía que hacer, ya lo he hecho. Pero si el público no responde, el artista se hunde.

Usted conoce muy bien este mundo. ¡Debutó muy joven!

Empecé en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, pasando el plato. Luego, gané un concurso en la radio, Salto a la fama, y llegó la televisión, con programas como Gente Joven. Y, a partir de ahí, comenzó todo. Yo no sé el baúl en la Piquer, pero la maleta de María Jesús y su acordeón han hecho más kilómetros que pelos tengo en la cabeza.

Habla de Valencia, aunque es extremeña.

Yo soy nacida en Cáceres. Pero mis padres emigraron y con siete años me llevaron con ellos a Valencia. Yo soy la mayor de seis hermanos y fui la última en irme. La mayor, pero la más bajita. ¡Esto siempre me ha dolido muchísimo! (risas) Siempre se lo dije a mi padre.

¿Cómo llegaron ‘Los pajaritos’ a su vida?

Estuve grabando un programa de televisión en Bélgica. Y el autor vino a verme. Era un hombre encantador. Me dio la partitura y yo le puse la letra en español y también el baile. En ese momento, no me podía imaginar lo que ocurriría después.

Es una de las canciones que más derechos genera y dicen que el 90% de los españoles la hemos bailado alguna vez...

Yo tengo los derechos de adaptación. Y miles de anécdotas preciosas relacionadas con ese éxito.... ¡Me llegan unas historias! Por ejemplo, la de unos niños que hacen su rehabilitación escuchando la canción. ¿Sabes lo que eso engrandece el corazón?_Me siento súper privilegiada. ¡40 años después! Es increíble...

Y, ahora, <¡qué le pide la vida?.

¡Nada! Como se suele decir, virgencita, virgencita, que me quede como estoy… Si acaso, que acabe esto y que volvamos a la normalidad. Que nos podamos volver a abrazar. Y que vengan a vernos al World Trade Center. Estaremos hasta el día 18.

Hablando de virgencitas, ya ha ido a ver a la del Pilar...

¡Claro! Y, si puedo, volveré el día 12. Siempre llevo una medida suya en el coche. Creo que me protege.