Pedagoga especializada en Atención Temprana y Necesidades Educativas Específicas. Actualmente trabaja en Epsyde, donde junto con la musicoterapeuta han creado un nuevo programa denominado los Educacuentos.

¿Qué es Epsyde y qué les diferencia?

Es un centro multidisciplinar formado por tres psicólogas, una psicoterapeuta y yo como pedagoga. Lo que hacemos es abordar las dificultades del aprendizaje y las necesidades educativas específicas que a lo mejor en Zaragoza hay un vacío. Hay fundaciones y asociaciones especializadas en síndrome de Down o autismo, pero yo lo que he querido tratar han sido las necesidades del día a día y una orientación educativa con las familias, pero fuera de los centros educativos. Mi base de trabajo es diferente, no trabajo a través de unas fichas, no es un refuerzo escolar, sino que valoro sus capacidades, habilidades y dificultades y a raíz de eso realizo una intervención muy ajustada a las necesidades y siempre a través del juego. Yo diseño los materiales para cada niño porque creo que no hay un método único y cada uno aprendemos de diferente manera, por lo que los recursos y los materiales tienen que ser diferentes y cada material y recurso tienen nombre y apellido.

¿Cómo surgieron los Educacuentos?

La idea surge junto con la musicoterapeuta del centro, Leticia Marín, por dos motivos. En primer lugar, para ofrecer una actividad lúdica y pedagógica para los niños durante la pandemia. Por otro lado, porque en general se posa el foco en las dificultades del aprendizaje y siempre nos olvidamos de las habilidades sociales y de las emociones.

¿Qué es lo que se trabaja y cómo?

Muchas veces el niño no va mal en Matemáticas, a lo mejor tiene un problema personal que no está verbalizando y ahí radica el problema y la necesidad. Se nos ocurrió la idea de crear sesiones en la que trabajar en cada una de ellas, a través de cuentos, las emociones y las habilidades sociales . Todos los niños saben identificar las emociones, pero no tienen los recursos para poder controlarlas. Los Educacuentos dan esos recursos y estrategias para que aprendan y su peculiaridad es el haber incorporado la música.

¿Han sido bien acogidos?

Sí, lo lanzamos los fines de semana de diciembre dirigido a niños de 5 a 12 años y ahora lo hemos hecho también para los tres sábados de enero. La primera sesión fue muy enriquecedora y son ellos los que me están orientando a qué emoción trabajar. Nos lanzamos y ha habido muy buena respuesta y nos han demandado para que sea para más pequeños

¿Ha afectado el covid-19 a los niños?

Sí, yo lo he observado a la hora de las rutinas, la atención, las habilidades y el desarrollo a nivel madurativo, no solo a nivel académico. El retomarlo otra vez ha sido, no un problema, pero sí un doble esfuerzo. Abrimos en septiembre por lo que estamos viendo las consecuencias de esos meses. Las dificultades en los niños siempre están y siempre las hemos tenido, pero con la pandemia se han incrementado. Muchos de los miedos que tenían y que habían superado, han vuelto otra vez a incrementarse.

Está en proceso de escribir un cuento propio ¿qué se podrá encontrar en él?

Gracias a la primera sesión vi un miedo común que era el de dormir solos y, a pesar de que hay libros para ayudar, no he encontrado ninguno que transmitiera cómo hacerlo. Quiero hacer una sesión de Educacuentos y que el propio cuento les dé esas herramientas. No sirve de nada que lo identifiquen y lo verbalicen si luego no se les enseña a gestionarlo.