Diseñador... O modista, porque, como Pertegaz, defiende la definición. Es un Maestro de la costura en TVE y ha firmado diseños que han dejado huella. Mañana presenta su libro (12 horas), en El Corte Inglés

-Le tomo prestado el título de su libro.. ¿De qué hablamos cuando hablamos de estilo?

-De inteligencia, sobre todo.

-Pero, el estilo... ¿Nace o se hace?

-Hombre, de lo que yo hablo en el libro es del estilo que se hace y que también se puede educar, como todo en la vida.

-El libro que presenta mañana en Zaragoza nació en 2013 con su 20 aniversario de su oficio. Y se reeditó en 2018, con motivo del 25 cumpleaños de su primera colección.

-Sí, aunque ya me han preguntado antes si fue antes el huevo o la gallina. Evidentemente, hubo un interés en este momento por parte de las editoriales. Y yo tenía un contenido que contar. Fue una experiencia, sí. La respuesta ha sido estupenda y estoy agradecido. Y, además, mañana lo presentamos en Zaragoza con Mahi Masegosa.

-Pero me da la impresión de que usted no es solo un diseñador de escribe por casualidad. La primera vez que vi un libro suyo en un librería supe que, además de había estudiado Lengua Española en la Universida de Florencia.

-Es cierto. Pero, es un titulito. Estudié un grado de Lengua y Literatura Española cuando estuve en Florencia. Pero para entonces, ya me gustaban muchos los libros. Aunque, sobre todo, yo lo que hago es leer. Me gusta desde siempre.

-Antes de este libro, ya había publicado ‘Consejos de boda’. ¿Usted es de los que se echa las manos a la cabeza con según qué novias?

-Pues sí. Cuando veo a algunas en Instagram, sobre todo. Se ha generado una historia en la que cada novia quiere ser la más original de su pandilla. El día de la boda, uno no tiene que ser original. Tiene que ser uno mismo. A veces veo según qué fotos y pienso: el día de mañana van a tener que esconder sus fotos de boda en lugar de enseñarlas. Además, ahora todas las novias son chicas guapísimas. No les hacen falta las extravagancias. Con un buen corte y una buena tela están perfectas. Si de algo me precio es de que mis diseños llevan bien el paso del tiempo. El vestido de la infanta Cristina que, desgraciadamente, hemos visto mucho en los últimos tiempos en la prensa, es absolutamente actual.

-Ya que hablado de ese vestido, yo podría hablarle de muchos más. Como aquel rojo de Caprile que lució la reina Letizia, en la boda de Federico de Dinamarca. ¿Tiene algún preferido?

-No. Siempre digo que mi mejor diseño es siempre el que esta tarde cortaremos en el taller.

-Me dijeron que era usted un hombre de titulares... Que, además, hace de todo. ¿Cómo va su aventura televisiva en ‘Maestros de la Costura’?

-Hay una segunda temporada y eso ya es una alegría. Yo vengo de fuera en este proyecto. Y soy como soy, con lo que eso implique.

-Le he he oído decir cosas como que la moda no es arte, aunque usted tiene la Medalla de Bellas Artes.

-Depende de lo que uno defina como cultura o como arte. Pero, sobre todo, tiene que ver con que la moda debería considerarse como industria y deberían llevarla los departamentos de este ramo. Desde ese punto de visto se tendrían en cuenta el número de trabajadores o la inversión que el sector genera.

-La presentación de su libro es el prólogo de una Aragón Fashion Week que homenajeó el año pasado al turolense Manuel Pertegaz. Según creo, como él, elige el título de modista antes que cualquier otro.

-Es que el diccionario y nuestro idioma tienen para nuestro oficio una definición precisa que es la de modista. Luego, cada uno se puede llamar como quiera. A veces, hay mucha tontería. Pero eso es totalmente innecesario

-Su apellido, parece una elección estética, pero es herencia italiana.

-¡Totalmente! Eso es mérito de mis abuelos y herencia familiar.

-Ustedes, quienes apuestan por la costura, apuestan por el ‘slow fashion’, en un mundo de consumo rápido. ¿Cómo ve el horizonte?

-Yo eso no lo veo tan complicado. Creo que ambos mundos son perfectamente compatibles y que lo han sido durante mucho más tiempo de lo que pensamos.

-Por cierto, ¿cómo decidió usted que quería ser modista?

-Eso digo yo. Porque, a día de hoy, ni muerto. La moda es un negocio en el que, al final, te dejas hasta el cuello de la camisa. Eso, por no hablar de la cantidad de muñecas rotas que deja este negocio. Yo podría hablarte de unas cuantas.