Pasó tres años en Zaragoza como responsable de las infraestructuras de la Expo 2008. Esta semana volvió al lugar donde se dejó «un pedazo de corazón», ahora como consejera delegada de Telefónica, para hablar de diversidad y tecnología.

—¿Por qué es clave la diversidad para la supervivencia?

—Una empresa que no sea diversa, que no tenga diferentes culturas, nacionalidades, maneras de vivir, edades y géneros en un futuro no va a tener cabida en los diferentes modelos de negocio. Nuestros clientes no entenderían que todos nuestros empleados fueran hombres, ingenieros, españoles y de la misma edad. Ni ellos lo entenderían ni nosotros sabríamos adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes. En el año 1965, la edad media de una empresa era de 65 años, hoy en día estamos en 15 años de supervivencia. Las empresas tienen que adaptarse a todo lo que viene.

—La velocidad de la tecnología...

—Las empresas que piensen que tienen una empresa familiar y que a ellas no les toca, están equivocadas. Cualquier modelo y dimensión de negocio tiene que incorporar la transformación digital.

—¿Una pequeña panadería también?

—Sí. Puede utilizar el big data para saber cuántas barras de pan tiene que hacer al día siguiente, y ahorrarse las barras que le sobran. Con el big data eres capaz de predecir lo que tienes que hacer al día siguiente, con un considerable ahorro y un crecimiento del negocio.

—¿Más objetivos de diversidad?

—Tenemos un objetivo del 30% de mujeres directivas en el año 2020. También nos hemos marcado en el personal que al menos el 50% sean chicas.

—Presumen de tener cien nacionalidades trabajando en Telefónica. ¿Quieren decir que aquí cabemos todos?

—Exactamente. Esa es una de las claves de la diversidad. Yo hablo de diversidad de pensamiento, de que todo el mundo tiene cabida en esta compañía, con su forma de pensar, su forma de vivir, su manera de ver las cosas… Cuando una persona se siente más a gusto en una compañía, su rendimiento es mayor. Y eso no es una opinión, es un dato.

—¿Hombres y mujeres se enfrentan a la tecnología de la misma manera?

—Hasta los 8 o 9 años, el interés por la tecnología es igual en chicos y chicas. A partir de esa edad hay un cambio de interés.

—¿Conocen las razones?

—Principalmente la sociedad y la educación. Queremos que haya más mujeres en puestos directivos, pero si el interés de las chicas por la tecnología no es el mismo que el de los hombres, su incorporación va a ser más difícil.

—¿Adivina el escenario que podemos encontrarnos dentro de diez años?

—Nos esperan años de incertidumbres. No hay precedentes y es difícil hacer estimaciones. Nos viene una era en la que vamos a pasar de las personas conectadas a los objetos conectados. Ya no nos hace falta quedar una semana antes para tomar un café, podemos hacerlo en 5 minutos y hasta nos enviamos la ubicación. Estamos llegando a la explosión de los datos, que van a ser el nuevo factor de producción del siglo XXI. Con ellos seremos capaces de predecir cosas que hoy en día ni siquiera imaginamos. Van a cambiar de tal manera los valores de las personas y las empresas que, como mi presidente dice, necesitamos una constitución digital, unas reglas básicas para el nuevo mundo.